1.2.4 EL ECONOMISTA DE LA DEPRESIÓN

Keynes no elaboró una teoría completa del ciclo económico, sino que se refirió más bien a una de sus fases particulares: la depresión, a pesar de que al definir el movimiento cíclico se ocupa de su carácter acumulativo y de que los movimientos ascendentes y descendentes acaban por invertirse; no hace un estudio minucioso de las fases, pero es posible construir un esbozo de las frases del ciclo según la Teoría Keynesiana.

Auge o Prosperidad

Keynes mencionó tres causas para la iniciación de un auge: la absorción de existencias, la depreciación y la obsolescencia del capital fijo. La duración de una depresión está medida por el tiempo que se llevan estos fenómenos. Si las existencias son muy grandes, más prolongadas será la depresión.

Una vez que las previsiones de utilidades de los empresarios han mejorado, se iniciarán las nuevas inversiones:

Mientras el auge continúa, la mayor parte de las nuevas inversiones muestran un rendimiento habitual que no deja de ser satisfactorio, sin embargo, esto no puede durar mucho, porque de repente surgen dudas en relación con la confianza que pueden tenerse en el rendimiento probable, quizá porque el actual muestra señales de baja medida que las existencias de bienes durables de reciente producción aumentan en forma sostenida… una vez que la duda surge, se extiende rápidamente.

Últimas etapas del auge y principios de la depresión.

Keynes explicaba en las últimas etapas del auge se caracterizan por: una abundancia creciente de bienes de capital; por el ascenso constante de los costos de producción, y por el alza de la tasa de interés. El optimismo exagerado de los empresarios pone un velo transitorio a la existencia de estos factores; el optimismo es lo bastante fuerte para neutralizar los efectos de la abundancia creciente de bienes de capital, el aumento de los costos de producción y las altas tasas de interés. Aunque la caída se inicia por un aumento de la tasa de interés, la característica es un colapso de la eficiencia marginal del capital. El aumento de la tasa de interés se debe a que en las postrimerías del auge aumenta la preferencia de liquidez (demanda de dinero) por los motivos de transacción y especulación. Nace el pesimismo, la incertidumbre y el desencanto se cierne sobre los mercados de inversión organizados, la situación se agrava, como ya se dijo, por la especulación y la influencia de los compradores ignorante.

Aparte de los aumentos que sufre la preferencia de liquidez por el mayor comercio y especulación durante el auge, no vuelve a subir sino hasta después del derrumbamiento de la eficiencia marginal del capital. El aumento de la tasa de interés agrava la depresión.

La Depresión

Se caracteriza por el pesimismo, previsiones de pérdidas, aumento de existencias, disminución de ventas, desocupación, demanda efectiva insuficiente, etc., fenómenos que tienen su origen en la caída de la eficiencia marginal del capital. La depresión será tanto más honda y prolongada mientras más bajo haya caído el nivel de aquella. Sin embargo, el tiempo necesario para la recuperación no tiene una duración arbitraria, sino que depende de la duración de los bienes de larga vida comparada con la tasa normal de crecimiento en una época dada y de los costos de almacenamiento de las existencias excedentes.

Estos hechos hacen que la depresión muestre determinada regularidad habitual en, digamos, tres y cinco años. En la medida que se va eliminando las existencias y el uso, la decadencia y la obsolencia reducen el capital, se va abriendo el camino para la recuperación. Una disminución de la tasa de interés puede ayudar a salir de la depresión, pero si la eficiencia marginal del capital ha caído por completo, cualquier baja de aquella será insuficiente, ya que en ocasiones la eficiencia marginal de capital puede llegar a ser negativa. Resucitarla no es un problema fácil, ya que se guía por la psicología cambiante del hombre de negocios; además, el retorno a la confianza es muy poco controlable en el capitalismo de economía individual. El descenso como el auge, adquiere un movimiento acumulativo; es necesario que el ciclo recorra parte de su camino para que exista un aliciente de recuperación. La caída de la eficiencia marginal del capital puede efectuar la propensión al consumo a través de la bolsa de valores: la caída del valor de mercado de los valores de rendimiento variable en la bolsa puede ejercer una influencia depresiva sobre las personas que toman interés activo en sus inversiones en la bolsa, pues con un público de “mentalidad de accionistas” como el de Estados Unidos de la actualidad, un mercado de valores al alza puede ser condición casi esencial de una propensión a consumir satisfactoria; y esta circunstancia, generalmente desdeñada hasta hace poco, sirve evidentemente para agravar más aún el efecto depresivo de una baja en la eficiencia marginal del capital… Para salir de la depresión Keynes propone sobre el particular, medidas concretas aplicables a esta fase del ciclo y medidas generales que intentan suavizar o eliminar el ciclo de todas sus fases e incluso medidas que tienden a modificar el sistema capitalista.18

La Recuperación.

Ésta se inicia cuando surgen motivos que mejoren las previsiones de utilidad de los empresarios, pero sólo a partir de la disminución de las existencias y la escasez de los bienes de capital. Ya para entonces la tasa de interés habrá llegado a su límite inferior extremo, por lo que será un factor que estimule la recuperación, siempre y cuando ya se haya presentado un aumento de la eficiencia marginal del capital.

Al reaccionar ésta surgen las primeras inversiones, que se propagan mediante el contrario del optimismo, iniciándose una nueva fase ascendente que adquiere carácter acumulativo. La función del consumo proporciona una respuesta adecuada al problema de por qué, tanto los movimientos de alza y baja, se invierten fácilmente.

1.2.5

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