2.2 LÓGICA DEL QUEHACER FILOSÓFICO
A diferencia del pensamiento mítico, que de alguna forma supone un cierto carácter racional, aunque a nivel elemental o primario, la Filosofía pone en juego una razón crítica
o lógica, esto es, una capacidad de razonamiento que no sólo intenta dar cuenta explicativa de los diferentes aspectos de la realidad, sino que procura igualmente dar razón de este mismo esfuerzo de racionalidad. Esta acción crítica que el pensamiento filosófico ejerce sobre sí mismo al momento de explicar la realidad constituye, en sentido amplio, su lógica interna de funcionamiento, su procedimiento formal u operativo para lograr un nivel científico. Se trata aquí de las exigencias de un proceder metódico, objetivo, racional y sistemático, que junto con el elemento psicológico o vital constituye la doble fundamentación de la Filosofía.
Si “Filosofía” es “amor a la sabiduría”, estos dos componentes etimólógicos representan la doble fundamentación: philia es “amor”, en el sentido de una razón pura con intención de verdad, es razón pura, en tanto que no proviene de las urgencias utilitarias de la vida diaria; y sophía es “sabiduría”, entendida como un saber en el modo de la ciencia, un saber científicamente fundamentado basado en una lógica interna de objetividad, método, racionalidad y sistema. Es en estos términos en que nace la Filosofía y en que nace propiamente el pensamiento científico. Es hasta el inicio de la edad moderna en que del seno de la Filosofía comienzan a desprenderse, definitivamente, lo que hoy conocemos como ciencias particulares: ciencias naturales, formales, sociales y humanas.