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Introducción al Trabajo – Quinto Semestre

1.5.1 ORIGEN

El proceso de transformación hacia este nuevo modo de producción fue paulatino; la población urbana continuó creciendo junto con la actividad artesanal y los dueños de los talleres proveían de materia prima a los trabajadores, quienes recibían una remuneración por su labor. Todos ellos producían para un comerciante que vendería en el mercado lo producido aumentando el precio que había pagado.

Estudiemos ahora cuáles fueron los orígenes de este modo de producción en función del proceso de acumulación en el medio rural, tomando a Inglaterra como ejemplo.

La desaparición de la sociedad feudal se da con la separación paulatina entre el productor y los medios de producción, estos trabajadores no tuvieron otra alternativa que convertirse en vendedores de sí mismos. A partir de este proceso surgieron el obrero asalariado y el capitalista. Esta separación entre el productor y sus medios de producción se gestó a partir de la expropiación de la tierra del producto rural.

La servidumbre había desaparecido en Inglaterra a finales del siglo XIV y para el XVI gracias a la Reforma. La Iglesia católica fue despojada de sus tierras, mismas que se repartieron entre unos cuantos individuos protegidos del rey o vendidas; estos nuevos propietarios, a su vez, despojaron a los antiguos tributarios, de tal manera que el suelo se convirtió en un artículo comercial.

Este hecho, aunado a la enajenación fraudulenta de las tierras del dominio público y al saqueo de terrenos comunales, fueron entre otros el origen de la agricultura capitalista. Al verse desprovista de sus medios de subsistencia, esta masa de trabajadores fue sometida a las exigencias de este modo de producción. Cabe señalar que esta represión siempre estuvo garantizada por el Estado y sus leyes. De esta forma, a finales del siglo XVI Inglaterra contaba con una clase de arrendatarios capitalistas ricos.

Los propietarios de estas tierras incorporaron nuevos métodos de cultivo y utilizaron fuerza de trabajo asalariada; para entonces, la producción tuvo como fin crear mercancías. Esto significó que la riqueza producida se concentrara en manos capitalistas.

Por otro lado, existieron factores externos como el descubrimiento del oro y la plata en América, la conquista y saqueo de las Indias orientales, así como la explotación de esclavos negros que permitieron el desarrollo de este modo de producción.

Los ingleses gobernaron las Indias orientales y monopolizaron el comercio chino, el transporte de mercancías entre Europa y China, así como el comercio del té, la sal, el opio, el betel y otros productos que generaron grandes riquezas.

Aun en esta etapa, el trabajador controlaba el proceso de trabajo, al utilizar todavía herramientas e instrumentos sencillos; sin embargo, dos siglos después apareció una nueva forma de organización del trabajo llamado manufactura. Ésta se basaba en la división del trabajo, donde cada individuo tenía una actividad diferente a la de sus compañeros generando una cooperación conjunta para la producción de determinado producto.

Por ejemplo, en un taller de calzado unos cortaban la piel, otros la curtían, otros cosían y otros pintaban; así se generaba una dependencia y una colaboración entre los trabajadores, ya que no era posible coser el calzado si antes no se curtía y se cortaba la piel.

Aunque el modo de producción capitalista se gestó al interior del Feudalismo, fue la Revolución Francesa el hecho que marcó el fin de la propiedad feudal bajo la consigna “Igualdad, Libertad y Fraternidad” en el capital y el trabajo de todos los hombres ante la ley. Fue así como se inició el Capitalismo, donde la industria se convierte en la forma dominante de producir, dando lugar a la llamada Revolución Industrial.

1.4.5 CLASES SOCIALES O ESTRUCTURA SOCIAL

a) La iglesia

La iglesia en este periodo ocupó uno de los lugares más importantes de la pirámide social. En ocasiones, su poder fue superior al que ejercía la nobleza tanto en el aspecto económico como en el nivel de instrucción. Fueron los obispos y su clero el grupo social más destacado en la sociedad, ya que su dominio abarcaba las esferas económica, política, religiosa y cultural, Su influencia era tan importante en el terreno económico que podría prestar dinero a los señores feudales, gracias a las limosnas de los peregrinos y a las ofrendas o sacrificios monetarios de sus fieles; asimismo, era propietaria de grandes extensiones de tierra. En el ámbito político de los siglos IX al XI, la administración del Estado quedó en sus manos, y fue así como la Iglesia representó la autoridad moral y financiera de aquel entonces.

Ahora observa la gran influencia ideológica y cultural de este grupo en la sociedad, ya que fue determinante tanto en la permanencia de este modo de producción (trece siglos aproximadamente); así como en el estancamiento en la ciencia, el comercio y la producción, entre otros. La cultura se entretejía desde el más humilde de los siervos hasta el poderoso rey. En efecto, Dios otorgaba la tierra a los hombres para su sobrevivencia. El objetivo del trabajo no era la creación de riqueza, sin mantener la condición en la que cada hombre habría nacido: si nacía hijo de siervo debía morir como tal, si nacía primogénito del rey tenía que morir como rey. Sólo de esta manera pasarían a la vida eterna, por tanto, no había movilidad social, la feudal era un sociedad de castas.

El clero reprobaba el comercio, pues representaba un peligro para el alma, y sólo se permitía en caso de necesidad. Éstos, aunque constituían preceptos clérico-legales, en muchas ciudades de Italia o Alemania, eran letra muerta. Esta forma de pensar dio sentido a la existencia de los hombres de esa época y se interiorizó tan profundamente que se necesitaron siglos para cambiarla.

En una sociedad estancada por falta de comercio, el enriquecimiento era un pecado para los menesterosos, pero no para los poderosos, al igual que la usura y la avaricia; todas estas faltas eran castigadas en tribunales encabezados siempre por la Iglesia.

Ser pobre era designio divino, y por tanto se estaba más cerca de Dios; mientras que los ricos tenían la obligación de practicar la caridad y almacenar los excedentes de sus cosechas para repartirse gratuitamente, de la misma forma que la Iglesia les otorgaba préstamos en caso de necesidad.

b) Señores Feudales

La jerarquía social de los hombres que poseían o sobre la que podían ejercer autoridad en una sociedad eminentemente agrícola, donde una minoría era propietaria de las tierras; el rey es quien tenía más capacidad de negociación y poder. Esta jerarquía de soberanos iba desde el vasallo de la guardia del señor, el barón, conde, marqués o duque, príncipes y finalmente el rey o monarca, el cual estaba en la cúspide y, junto con todos ellos, el clero.

Estos grupos eran libres y poderosos, mientras que la mayoría de la población sólo poseía su fuerza de trabajo y era reducida a la servidumbre. Esta condición social la convertía al mismo tiempo en explotada, dependiente y protegida, y no era libre de dejar la tierra donde nacía.

El dueño de la tierra, principal medio de producción, era el señor feudal, quien procuró la satisfacción de todas sus necesidades a partir de la producción generada en su propio feudo, en el que instaló talleres, hornos, molinos, etcétera, a fin de contrarrestar la ausencia del comercio, creando una Ciudad-Estado.

Recordarás que en esta época había la necesidad de la existencia de un sistema militar que protegiera las tierras por lo que los poseedores de los feudos se integraron a éste y los latifundistas como funcionarios públicos. Fue en este modo de producción donde se presentó una masiva participación de los poseedores de tierras en el Estado, formando los principados, reinos e imperios.

c) Siervos

Este grupo social conformaba a la mayoría de la población, se dedicaban básicamente a la producción agrícola, sólo poseían su fuerza de trabajo y algunas herramientas de labor. Esta condición social los convertía al mismo tiempo en una clase explotada, dependiente y protegida por el señor feudal. Además estaba atada a la tierra ya que culturalmente, no era libre de dejar la tierra donde nacía y económicamente estaba obligada a retribuir al señor feudal parte del producto de su trabajo y si se endeudaba, esta deuda se heredaba a los hijos.

El tiempo de trabajo del siervo de la gleba (campesino) se dividía en dos partes: el tiempo necesario en el cual producía lo indispensable para el sustento de él y su familia, así como el tiempo adicional, creador de plus-producto que entregaba al terrateniente en forma de renta en trabajo.

El campesino debía trabajar obligatoriamente y de manera gratuita algunos días de la semana (dos o cuatro días), con sus propios instrumentos de producción, las tierras del señor, y dedicarse el resto de la semana a cultivar su tierra. Pero a medida que el tiempo pasó, el censo personal se convirtió en censo de especie, esto es, que en vez de que el campesino se dedicara a su trabajo, estaba obligado a entregar determinada cantidad de productos agrícolas al señor; esto fue el origen de los diezmos y las primicias.

A manera de ejemplo, podemos decir que durante su jornada el siervo distribuía su fuerza de trabajo en un 70% para el terrateniente y un 30% para él; pero en el momento del cambio del producto, la relación se modificó a un 35% para él y el 65% para el señor , aunque cabe aclarar que esta situación no se dio en todos los casos ni en todos los tiempos, y para el siervo significó recuperar para sí un alto porcentaje de su propia fuerza de trabajo.

De esta forma, el señor cuantificaba ese 65% que se le debía entregar en especie e imponía la cantidad de granos que representaba. Pero como el siervo ya no tenía que hacer producir las tierras del señor, sino sólo las suyas, trabajando más podía cumplir con la cantidad impuesta y quedarse con el resto.

Este aumento en la producción significó, en términos generales, un aumento de la riqueza de los siervos; aumentaba pues la riqueza personal de los siervos, así como la del sistema feudal por la mayor y más intensa explotación de los medios de producción de que disponía el siervo. Esto, además de aumentar la productividad, representaba un incremento de las posibilidades adquisitivas del siervo, que podía, en consecuencia, promover el comercio, es decir, el intercambio de mercancías con otros grupos serviles. Esta situación se debió a que al principio el Feudalismo se había desmonetarizado, ya que al intensificar el trabajo para aumentar su riqueza necesitó cada vez mayor número de instrumentos de trabajo.

En esta nueva situación al señor se le pagaba el censo con dinero y éste, a su vez, también pagaba con moneda lo que compraba, en especial instrumentos de producción cuyos productores (artesanos) aumentaron considerablemente. En los burgos a finales de la edad media tanto los siervos como los artesanos y señores realizaban sus transacciones comerciales en dinero, aumentando de ese modo el comercio y la producción de artesanías.

De esta manera aumentaron las fuentes de trabajo a la par que se diversificaron; así, el siervo podría hacerse siervo artesanal, huir de la casa del señor, convertirse en burgués, artesano o comerciante enriquecerse y conseguir su libertad.

Sin embargo, para que el siervo artesanal pudiera alejarse de la zona feudal, requería, primero, aumentar la riqueza servil; segundo, que apareciera la moneda a fin de que pudiera transportar su riqueza; y tercero, de la especialización y de la necesidad de mayor número de instrumentos de trabajo. Aquí podemos ver cómo la estructura de la sociedad determina la vida social, y no las ideas que sobre ella se tengan. Las herramientas, y el artesano en general, así como los comerciantes se habían desarrollo en la llamada etapa esclavista, simplemente recuérdese Roma, Grecia o cualquier civilización agrícola.

Los siervos se instalaron en las zonas interfeudales, donde fundaron las ciudades medievales. Así, entre feudo y feudo aparecieron ciudades dedicadas al comercio o a la producción de artesanías.

d) Artesanos

Dentro de esta estructura productiva se desarrolló un sector de la población que no estaba ligado a la tierra: los artesanos que habitaban los centros urbanos.

En el Feudalismo, los siervos que obtenían su libertad emigraban a las ciudades. La única manera de sobrevivir con decoro era trabajando en las artesanías, oficio que implicaba un proceso largo y pesado, que incluía el trabajo gratuito; otras formas eran dedicarse al comercio y a los servicios.

Así, al lado del maestro artesano, surgieron los siervos pobres que escapaban de las tierras feudales y se empleaban como ayudantes de los maestros artesanos con el grado de aprendices del taller. En principio el taller fue una organización que pertenecía a un gremio y sus miembros formaban una cofradía, las más de las veces religiosa; éstos, tanto maestro como aprendiz, habían logrado, por diversos procedimientos, liberarse del señor, uniéndose de manera muy estrecha. Vivía en los centros urbanos, en una zona llamada burgo, de ahí que se les llama burgueses (grupo social que constituye el origen de la clase social burguesa en este modo de producción capitalista). En un principio, se encargaban de producir sólo lo indispensable para cubrir las necesidades de los habitantes del feudo. Estos gremios estaban formados por panaderos, herreros, zapateros, textileros, etcétera, actividades en las que también se dio una jerarquía que, en orden descendente, estaba integrada por maestros, oficiales, compañeros (obreros) y aprendices. Los primeros eran, al mismo tiempo, trabajadores y jefes de los talleres, propietarios de la materia prima y de las herramientas; por tanto, gran parte del producto elaborado les pertenecía y las ganancias que obtenían a través de la venta también eran de su propiedad. Sin embargo, debían pagar un tributo a su monarca para obras y servicios públicos al igual que los siervos, que como ya se mencionó, se organizaban en gremios.

Los aprendices, por su parte, eran los alumnos de los oficiales y maestros, ya que mientras aprendían el oficio no recibían ningún salario, sólo comida y la estancia. Los llamados compañeros eran asalariados conocedores del trabajo, pero aún no alcanzaban la categoría de obrero u oficiales; esta decisión dependía del gremio, pues el Estado sólo la re+gulaba al principio, la fuerza de trabajo en los talleres no era superior a cinco personas debido a las restricciones que imponía la legislación de entonces. Sin embargo, a partir del siglo XVI se observó un notable crecimiento de distintas ramas industriales apoyadas por los adelantos técnicos, generando así una nueva forma de organización del trabajo calculada para una producción masiva de mercancías. Esto sólo ocurrió en el puttintg out system o trabajo casero impuesto por los comerciantes que contrataban la fuerza de trabajo en el propio domicilio de los obreros y para una obra determinada.

De esta forma, los artesanos o burgueses que vivían en los burgos o pueblos adquirieron mayor poderío económico a diferencia de los señores feudales, de ahí que demandaran mayor libertad en el ejercicio de su actividad económica y, por tanto, política, hecho que provocó el descontento de la nobleza.

En los talleres, el artesano transformaba la materia prima en producto terminado, cuyo destino era la venta local. Entre ellos no existía la competencia de sus productos como la conocemos ahora, pues ésta se daba en razón de la calidad del producto. Su método de trabajo era resultado de la experiencia acumulada o heredada de sus padres o del gremio, por lo que sólo utilizaban la fuerza de trabajo humana y animal, y sus instrumentos eran rudimentarios.

Los artesanos que se independizaban de los dueños de la tierra vivían en las ciudades y en sus hogares ejercían su profesión. Los productos se enviaban directamente al mercado, y la materia prima, en general, se las proporcionaba el consumidor.

Los talleres se organizaban bajo una autoridad jerarquizada y los trabajadores y aprendices se comprometían, bajo juramento, a cumplir con los reglamentos y secretos profesionales establecidos por la autoridad y las cofradías. Había una estricta selección para el ingreso de los trabajadores que principalmente se basaba en las habilidades personales de los candidatos para ejercer el oficio. Las tareas que realizaban en los talleres estaban dadas por una cooperación simple: el maestro disponía de la materia prima, poseía los locales y los medios de producción más costosos; pero también los oficiales y algunos obreros tenían sus propias herramientas. Asimismo, el maestro disponía de su producto y de un capital; su producto se vendía directamente en el mercado, sin intermediarios, de acuerdo con una demanda preexistente.

Esta actividad económica estaba estrechamente controlada por el Estado en todos los sentidos: en cuanto al número de trabajadores en cada taller, el número de talleres, la producción, los puestos de trabajo y la duración de la jornada laboral, Por lo tanto, la acumulación de capital y la competencia estaban prohibidas para los gremios, lo que limitaba el crecimiento de la actividad. En los talleres no existía una rígida división social del trabajo, ya que los artesanos podían hacerse cargo de la elaboración de un producto de principio a fin, por lo que generalmente controlaban la producción, y no como sucede en una fábrica moderna, donde los trabajadores deben ajustarse a las exigencias técnicas de la producción industrial.

El desarrollo de las artesanías trajo consigo la pronta especialización del aprendiz superando así, incluso, el arte del maestro, quien lo empezó a ver como un competidor. Esta situación originó formación de hermandades de maestros y gremios de aprendices (oficiales y obreros). Sin embargo, la hermandad de maestros no sólo luchó contra los aprendices, sino contra el señor feudal, quien al ver en las artesanías una nueva fuente de riqueza trató de establecer impuestos, pero para ese momento la economía se había vuelto a monetarizar, también se enfrentaron a los comerciantes que trataban de comprar su mercancía a un precio bajo. La organización de esas hermandades permaneció en secreto y con el paso del tiempo surgieron como masonería, cuyo emblema identifica a maestros artesanos que se dedican a la construcción, la herrería y la pintura.

Conforme la sociedad feudal se desarrolló y los maestros se multiplicaron, empezó a darse una lucha por los mercados, por lo que las reglamentaciones se fueron haciendo más complicadas para impedir el acceso a nuevos talleres.

e) Comerciantes o mercaderes

El primer personaje de la ciudad fue el comerciante o mercader. Este grupo social al igual que los artesanos eran también hombres libres, se dedicaban al comercio, instalando su centro de operaciones en los alrededores de las ciudades, donde almacenaban sus mercancías. Estas se enviaban a través de ríos y mares originando un comercio exterior que pronto los convirtió en hombres ricos. A pesar de los avances de la industria y el comercio, su desarrollo se vio frenado por la estructura social feudal dominante. Cabe señalar que una fracción de la nobleza apoyaba y era partícipe de estas nuevas formas de creación de riqueza, por lo que el poder del Estado comenzó a modificarse.

f) Causas de la desaparición de este modo de producción

Dada la imposibilidad de generalizar el comercio, es posible afirmar que los objetivos de la organización social del modo de producción feudal fueron dos: defender constantemente su territorio representado por su soberano y trabajar para producir los bienes necesarios para la sobrevivencia del feudo. En cuanto a la causa de la desaparición de este modo de producción podría decirse que, como sistema militar, se derrumbó debido a que los ejércitos nacionales se integraron con soldados que no eran súbditos, sino reclutados por los reyes. Por otra parte, los señores feudales ganaron riquezas en proyectos religiosos como las Cruzadas, y la agricultura comenzó a perder su importancia para dar paso al comercio, el cual favoreció el crecimiento de las ciudades, mismas que paulatinamente adquirieron mayor poderío económico y político.

En estas circunstancias, dado que los señores feudales vivían una situación de autosuficiencia no pudieron seguir sosteniendo al Estado y menos su sistema militar.

En conclusión, la raíz de esta transformación la podemos encontrar en las ciudades; es en ellas donde surgió un tipo de individuos que no estuvieron ligados a la tierra como siervos: éstos eran los comerciantes y los artesanos, cuyo modelo económico se denomina putting out system o trabajo casero. A mediados del siglo X cesaron las invasiones y saqueos de las tribus sarracenas y normadas, lo que hizo posible practicar nuevamente el comercio y producir para el mercado.

Otro sector importante de la población que participó activamente en los levantamientos en contra del poder feudal fueron los siervos y campesinos, cansados de otorgar primicias, tributo y diezmos al Estado y a la Iglesia.

Dadas estas condiciones, surgieron nuevas formas de concebir la realidad; en Inglaterra, por ejemplo, la estrecha alianza entre la Iglesia y el Estado propició el odio del pueblo hacia el Absolutismo, creándose una nueva corriente religiosa llamada Puritanismo.

La actividad comercial e industrial de los puritanos se consideraba como una predestinación celestial y el enriquecimiento mismo como un signo especial de la predilección, la evidente revelación de la bondad de Dios. Esta fracción religiosa exigía la transformación de la organización social feudal; también consideraba que Dios no establecía el poder del rey, sino que pertenecía al pueblo, quien sólo se lo encomendaba al monarca. De ahí que cuando un rey no atendía los intereses del pueblo era derrocado y nombraba otro. Pero el grupo social más importante que participó de manera activa en la Revolución burguesa fueron las masas trabajadoras, y gracias a ellas se obtuvo el triunfo sobre la vieja organización feudal.

Sin embargo, estas masas populares fueron ignoradas, engañadas, y los frutos de su triunfo recogidos en lo fundamental por la burguesía. Esta revolución significó el triunfo de la propiedad burguesa sobre la feudal, de la nación sobre el provincialismo, de la competencia sobre la estructura artesanal, de la división de la propiedad sobre el mayorato, del dominio del propietario de la tierra en vez del sometimiento del propietario de la tierra, de la ilustración sobre la superstición, del espíritu de iniciativa sobre la heroica indolencia, y del derecho burgués sobre los privilegios medievales.

Por lo anterior, el Feudalismo fue un sistema de organización social y económica de la Edad Media basado en el poder de las clases señoriales que dependían de la producción de los campesinos que vivían en las tierras propiedades de aquellas.

El feudalismo se ajustó esencialmente a las relaciones personales de dependencia entre unos señores que procuraban amparo, protección y alimento a unos vasallos que a cambio, les aseguraban rentas, un número de servicios personales (prestaciones) y juramento de fidelidad. El beneficio era el feudo otorgado por el señor (generalmente concesiones de tierras) que garantizaba el sustento de los vasallos, así como las prestaciones a que se obligaban.

Los derechos señoriales se ampliaron sucesivamente, hasta incluir la jurisdicción civil, penal, etcétera; así, el sistema adquirió complejidad debido a los numerosos lazos de vasallaje que podía contraer un mismo vasallo. La estructura jerárquica de la nobleza señorial iba desde el castellano (guardador de una fortificación o de una circunscripción administrativa) hasta el rey en la cúspide, pero a veces menos poderoso que sus nobles).

El escalón más bajo lo ocupaba la servidumbre de la gleba, afectando al grueso de un campesinado en el cual se habían borrado las distinciones entre la condición libre y semilibre, y que estaba adscrito a la tierra de por vida.

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Elabora un resumen que incluya, los elementos del modo de producción Feudalista, su organización social del trabajo y los procesos de trabajo representativos, explica los factores que ocasionaron la transición a otro modo de producción. Además de las características más importantes.

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Del modo de producción feudalista debes rescatar lo más importante; entre otras cosas que:

ƒ Un factor importante para el surgimiento de este modo de producción fue la expansión de los pueblos islámicos.

ƒ La tierra es en parte propiedad privada (pertenece al señor feudal) y en parte propiedad del Estado. Por tanto, la base de las relaciones de producción de la sociedad feudal eran propiedad del señor feudal sobre la tierra y el trabajo de los siervos.

ƒ La actividad económica estaba controlada por el Estado.

ƒ Las condiciones naturales del suelo y clima eran importantes para la producción agrícola.

ƒ Durante el Feudalismo la fuerza de trabajo y la producción agrícola dejaron de ser mercancía, sólo existía un comercio de productos agrícolas generado por la necesidad de sobrevivencia.

1.4.4 ACTIVIDADES PRODUCTIVAS

Las principales actividades productivas fueron la agricultura, ganadería, artesanía y un comercio muy incipiente o escaso; el fin último de la producción feudal era el autoconsumo. En caso de una mala cosecha los señores feudales enviaban a sus siervos a conseguir, a cambio de dinero, granos en otros feudos más afortunados, lo cual provocaba que se endeudaran, a la vez que creaban un comercio intermitente; así, los siervos-mercaderes se improvisaban sólo por necesidad. Sin embargo, se observó un incipiente crecimiento de los mercados locales, donde el intercambio de mercancías era insignificante, pues sólo cubría ciertas necesidades.

Durante el Feudalismo, como puedes observar, la fuerza de trabajo en la producción agrícola dejaron de ser mercancías, sólo existía un comercio incipiente de productos agrícolas generado por la necesidad de sobrevivencia.

1.4.3 MEDIOS DE PRODUCCIÓN

La base de las relaciones de producción de la sociedad feudal eran la propiedad del señor feudal sobre la tierra y el trabajo de los siervos. Éstos ya no eran esclavos: poseían una parcela y el señor no podría disponer de su vida. Junto con la propiedad del señor coexistía la propiedad individual del campesino y del artesano sobre los medios de producción. La propiedad feudal sobre la tierra servía de base a la explotación de los campesinos.