1.6 LA PARÁFRASIS Y EL DEBATE
Los temas que hasta ahora hemos estudiado nos permiten conocer la estructura de una composición literaria en cuanto a su forma y su género, pero también es importante conocer cómo se escribe y se expone oralmente el discurso literario.
Primero veremos cómo se desarrolla un escrito utilizando, en este caso, la paráfrasis.¿Sabes a qué nos referimos?. Bien, pues ésta se trata de la reconstrucción de un texto, pero con una versión personal, transmitiendo con precisión el mensaje original.
Veamos unos ejemplos:
Observa la siguiente paráfrasis, en la cual se hace uso de sinónimos:
TEXTO 23
Original | Paráfrasis |
El Hombre de la Culebra | |
A una culebra, que de frío yerta en el suelo yacía medio muerta | Una serpiente de frío tiesa permanecía en el piso moribunda |
un labrador cogió, mas fue tan bueno, que incautamente la abrigó en su seno. | un campesino la agarró y fue tan bondadoso que sin prudencia la protegió en su pecho |
Apenas revivió cuando la ingrata a su gran bienhechor traidora mata. | Cuando volvió en sí la desagradecida a su benefactor asesinó. |
Félix María de Samaniego |
Enseguida se muestra otra paráfrasis del mismo texto:
Un bondadoso labrador encontró tirada a una culebra inmóvil, agonizando por el frío. La levantó y la protegió entre sus ropas, sin pensar en el peligro que esto representaba para él. Cuando la culebra recobró sus movimientos por el calor que recibió del campesino, obedeciendo a su vil naturaleza, le lanzó la habitual mordida, dando muerte al buen hombre que le salvó la vida.
¿Qué diferencias encuentras entre una y otra forma de parafrasear el mismo texto?.
Como ves, en el segundo ejemplo, contrariamente al primero, sí se modifica la estructura y el orden de las palabras, sin cambiar el sentido del texto.
Por lo tanto, concluimos que:
La paráfrasis es el producto de la comprensión o interpretación libre y en general amplificada de un texto; es el desarrollo explicativo de un tema, pero con tus propias palabras.
Pero, ¿por qué es útil emplear la paráfrasis en el discurso literario?.
La paráfrasis sirve para expresar tu comprensión sobre distintos tipos de textos literarios. También puede servirte para citar el pensamiento de algún autor con tus propias palabras, sobre todo cuando te soliciten elaborar un trabajo escolar que requiera de la cita de diversos autores. Una paráfrasis de este tipo constituiría una cita indirecta (a diferencia de la cita textual que va entrecomillada).
Para que desarrolles tus habilidades de comprensión e interpretación de un texto literario redacta la paráfrasis del siguiente texto. Pero antes considera estas recomendaciones:
-Lee con atención el texto.
-Investiga en el diccionario el significado de las palabras que desconozcas.
-Identifica el mensaje central.
-Investiga los sinónimos de las palabras que consideres necesarias.
– Propon otras expresiones, donde utilices lenguaje figurado, pero respetando el mismo significado.
TEXTO 24 El Indio20
Sin que nadie se las haya dicho, el indio sabe muchas cosas.
El indio lee con sus ojos tristes lo que escriben las estrellas que pasan volando, lo que está escondido en el agua muerta del fondo de las grutas, lo que está grabado sobre el polvo húmedo de la sabana en el dibujo de la pezuña del ciervo fugitivo.
El oído del indio escucha lo que dicen los pájaros sabios cuando se apaga el sol, y oye hablar a los árboles en el silencio de la noche, y a las piedras doradas por la luz del amanecer.
Nadie le ha enseñado a ver ni a oír ni a entender estas cosas misteriosas y grandes, pero él sabe.
Sabe, y no dice nada. El indio habla solamente con las sombras. Cuando el indio duerme su fatiga, está hablando con aquellos que le escuchan y está escuchando a aquellos que le hablan.
Cuando despierta sabe más que antes y calla más que antes.
20 Tomado de MEDIZ Bolio, Antonio. El Cuento. Revista Imaginaria. No.102, año XXIII, abril-junio, 1987.
Es el momento para comenzar a escribir. No olvides:
-Escribir oraciones cortas.
-Ordenar tus ideas.
-Cuidar la ortografía.
-Usar los signos de puntuación.
-Ser claro y preciso.
Después de haber revisado los elementos básicos requeridos para hacer la lectura de los textos literarios, comprenderlos y exponerlos por escrito, habrás notado que el acercarse a las obras literarias te permite aprender, recrearte de la realidad y comentarla.
Recuerda que hablar constituye un medio para comunicar a los demás lo que cada uno siente, piensa y quiere, razón por la cual es necesario hacerlo con fluidez y claridad.
Con esta intención podemos utilizar algunas de las técnicas para intercambiar en forma oral nuestras ideas, entre las cuales se encuentra el debate, que será el que trataremos a continuación.
¿Recuerda en qué consiste el debate?. El debate se caracteriza por establecer una confrontación de opiniones sobre un tema, con la intención de establecer un intercambio completo y enriquecedor.
Durante el debate se deben considerar los siguientes puntos:
- Centrarse en el tema del debate.
- Esperar su turno para participar y respetar los turnos de intervención de los demás.
- Expresarse en forma concisa, ser breve.
- Expresarse en forma clara y fluida.
- Mostrarse interesado en el tema.
- Considerar las pruebas que ayuden a justificar una opinión.
- Destacar los puntos principales y las soluciones.
Con esta actividad veremos de qué forma se puede retomar un tema de un texto literario para realizar un debate, con el fin de comprender, analizar y valorar su contenido.
Lee con atención el siguiente texto, busca el significado de las palabras que desconozcas; reflexiona sobre su contenido y prepárate para exponerlo en un debate:
TEXTO 25 Paso del Norte21
-Me voy lejos, padre, por eso vengo a darle el aviso.
-¿Y pa ónde te vas, si se puede saber?
-Me voy pal Norte.
– ¿Y allá pos pa qué? ¿No tienes aquí tu negocio?. ¿No estás metido en la merca de los puercos?.
-Estaba. Ora ya no. No deja. La semana pasada no conseguimos pa comer y en la antepasada comimos puros quelites. Hay hambre, padre; usté ni se las huele porque vive bien.
-¿Qué estás ahi diciendo?.
-Pos que hay hambre. Usté no lo siente. Usté vende sus cuetes y sus saltapericos y la pólvora y con eso la va pasando. Mientras haiga funciones, le lloverá el dinero; pero uno no, padre. Ya naide cría puercos en este tiempo. Y si los cría pos se los come. Y si los vende, los vende caros. Y no hay dinero pa mercarlos, demás de esto. Se acabó el negocio, padre.
-Y ¿qué diablos vas a hacer al Norte?.
21 Tomado de RULFO, Juan. El Llano en Llamas. Planeta.
-Pos a ganar dinero. Ya ve usté, el Carmelo volvió rico, trajo hasta un gramófono y cobra la música a cinco centavos. De a parejo, desde un danzón hasta la Anderson ésa que canta canciones tristes; de a todo por igual, y gana su buen dinerito y hasta hacen cola para oir. Así que usté ve; no hay más que ir y volver. Por eso me voy.
¿Y ónde vas a guardar a tu mujer con los muchachos?.
-Pos por eso vengo a darle el aviso, pa que usté se encargue de ellos.
-¿Y quién crees que soy yo, tu pilmama?. Si te vas, por ahí que Dios se las ajuarié con ellos. Yo ya no estoy pa criar muchachos, con haberte criado a ti y a tu hermana, que en paz descanse, con eso tuve de sobra. De hoy en adelante no quiero tener compromisos. Y como dice el dicho: “Si la campana no repica es porque no tiene badajo.”
-No le hallo qué decir, padre, hasta lo desconozco. ¿Qué me gané con que usté me criara?, puros trabajos. Nomás me trajo al mundo al averíguatelas como puedas. Ni siquiera me enseñó el oficio de cuetero, como pa que no le fuera a hacer a usté la competencia. Me puso unos calzones y una camisa y me echó a los caminos pa que aprendiera a vivir por mi cuenta y ya casi me echaba de su casa con una mano adelante y otra atrás. Mire usté, éste es el resultado: nos estamos muriendo de hambre. La nuera y los nietos y éste su hijo, como quien dice toda su descendencia, estaremos ya por parar las patas y caernos bien muertos. Y el coraje, que da es que es de hambre. ¿Usté cree que eso es legal y justo?
-Y a mí qué diablos me va o me viene. ¿Pa qué te casaste?, Te fuiste de la casa y ni siquiera me pediste el permiso.
-Eso lo hice porque a usté nunca le pareció buena la Tránsito. Me la malorió siempre que se la truje y, recuérdeselo, ni siquiera voltió a verla la primera vez que vino: “Mire, papá, ésta es la muchachita con la que me voy a coyuntar”. Usté se soltó hablando en verso y que dizque la conocía de íntimo, como si fuera una mujer de la calle. Y dijo una bola de cosas que ni yo se las entendí. Por eso ni se la volví a traer. Así que por eso no me debe usté guardar rencor. Ora sólo quiero que me la cuide, porque me voy en serio. Aquí no hay ni qué hacer, ni de qué modo buscarle.
-Ésos son rumores. Trabajando se come y comiendo se vive. Apréndete mi sabiduría. Yo estoy viejo y ni me quejo. De muchacho ya ni se diga: tenía hasta pa conseguir mujeres de a rato. El trabajo da pa todo y contimás pa las urgencias del cuerpo. Lo que pasa es que eres tonto. Y no me digas que eso yo te lo enseñé.
-Pero usté me nació. Y usté tenía que haberme encaminado, no nomás soltarme como caballo entre milpas.
-Ya estabas bien largo cuando te fuiste. ¿O a poco querías que te mantuviera siempre?. Sólo las lagartijas buscan la misma covacha hasta cuando mueren. Di que te fue bien y que conociste mujer y que tuviste hijos, otros ni siquiera eso han tenido en su vida, han pasado como las aguas de los ríos, sin comerse ni beberse.
-Ni siquiera me enseñó usted a hacer versos, ya que los sabía. Aunque sea con eso hubiera ganado algo divirtiendo a la gente como usté hace. Y el día que se lo pedí me dijo: “Anda a mercar güevos, eso deja más”. Y en un principio me volví güevero y a luego gallinero y después merqué puercos y, hasta eso, no me iba mal, si se puede decir. Pero el dinero se acaba; vienen los hijos y se lo sorben como agua y no queda nada después pal negocio y naide quiere fiar. Ya le digo, la semana pasada comimos quelites, y ésta, pos ni eso. Por eso me voy. Y me voy entristecido, padre, aunque usté no lo quiera creer, porque yo quiero a mis muchachos, no como usté que nomás los crió y los corrió.
-Apréndete esto, hijo: en el nidal nuevo, hay que dejar un güevo. Cuando aletié la vejez aprenderás a vivir, sabrás que los hijos se te van, que no te agradecen nada; que se comen hasta tu recuerdo.
-Eso es puro verso.
-Lo será, pero es la verdá.
- –
- Yo de usté no me he olvidado, como usté ve.
- –
- Me vienes a buscar en la necesidá. Si estuvieras tranquilo te olvidarías de mí. Desde que tu madre murió me sentí solo, cuando murió tu hermana, más solo; cuando tú te fuiste vi que estaba solo pa siempre. Ora vienes y me quieres remover el sentimiento; pero no sabes que es más dificultoso resucitar un muerto que dar la vida de nuevo. Aprende algo. Andar por los caminos enseña mucho. Restriégate con tu propio estropajo, eso es lo que has de hacer.
-¿Entonces no me los cuidará?.
-Ahí déjalos, nadie se muere de hambre.
-Dígame si me guarda el encargo, no quiero irme sin estar seguro.
-¿Cuántos son?.
-Pos nomás tres niños y dos niñas y la nuera que está rejoven.
-Rejodida, dirás.
-Yo fui su primer marido. Era nueva. Es buena. Quiérala, padre.
– ¿Y cuándo volverás?.
-Pronto, padre, Nomás arrejunto el dinero y me regreso. Le pagaré el doble lo que usté haga por ellos. Déles de comer, es todo lo que le encomiendo.
-Padre, nos mataron.
-¿A quiénes?.
– A nosotros. Al pasar el río. Nos zumbaron las balas hasta que nos mataron a todos.
-¿En dónde?.
-Allá, en el Paso del Norte, mientras nos encandilaban las linternas, cuando íbamos cruzando el río.
-¿Y por qué?.
-Pos no lo supe, padre. ¿Se acuerda de Estanislao?. Él fue el que me encapanó pa irnos pa allá. Me dijo cómo estaba el teje y maneje del asunto y nos fuimos primero a México y de allí al Paso. Y estábamos pasando el río cuando nos fusilaron los máuseres. Me devolví porque él me dijo: “Sácame de aquí, paisano, no me dejes.” Y entonces estaba ya panza arriba, con el cuerpo todo agujerado, sin músculos. Lo arrastré como pude, a tirones, haciéndome a un lado de las linternas que nos alumbraban buscándonos. Le dije: “Estás vivo”, y él me contesto: “Sácame de aquí, paisano.” Y luego me dijo: “Me dieron”. Yo tenía un brazo quebrado por un golpe de bala y el güeso se había ido de allí donde se salta el codo. Por eso lo agarré con la mano buena y le dije: “Agárrate fuerte de aquí.” Y se me murió en la orilla, frente a las luces de un lugar que le dicen la Ojinaga, ya de este lado, entre los tules que siguieron peinando el río como si nada hubiera pasado.
Lo subí a la orilla y le hablé: ¿Todavía estas vivo?. Y él no me respondió. Estuve haciendo la lucha por revivir al Estanislao hasta que me amaneció; le di friegas y le soplé los pulmones para que resollara, pero ni pío volvió a decir.
El de la migración se me arrimó por la tarde.
-Ey, tú, ¿qué haces aquí?
– Pos estoy cuidando este muertito.
-¿Tú lo mataste?
-No, mi sargento – le dije.
-Yo no soy ningún sargento.
-Entonces ¿quién?. Como lo vi uniformado y con las aguilitas esas, me lo figuré del ejército, y traía tamaño pistolón que ni lo dudé.
Me siguió preguntando: “¿Entonces quién, eh?”. Y así estuvo dale y dale hasta que me zarandió de los cabellos y yo ni metí las manos, por eso del codo dañado que ni defenderme pude.
Le dije: -No me pegue, que estoy manco. Y hasta entonces le paró a los golpes.
-¿Qué pasó?, dime – me dijo.
-Pos nos clarearon anoche. Íbamos regustosos, chifle y chifle del gusto de que íbamos pa´l otro lado cuando merito en medio del agua se soltó labalacera. Y ni quién se la quitara. Éste y yo fuimos los únicos que logramos salir y a medias, porque, mire, él ya hasta aflojó el cuerpo.
- –
- ¿Y quiénes fueron los que los balacearon?.
- –
- Pos ni siquiera los vimos. Sólo nos aluzaron con sus linternas, y pácatelas y pácatelas, oímos los riflonazos, hasta que yo sentí que se volteaba el codo y oí a éste que me decía: “Sácame del agua, paisano.” Aunque de nada nos hubiera servido haberlos visto.
-Entonces han de haber sido los apaches.
-¿Cuáles apaches?.
– Pos unos que así les dicen y que viven del otro lado.
-¿Pos que no están las Tejas del otro lado?.
-Sí, pero está llena de apaches, como no tienes una idea. Les voy hablar a Ojinaga pa que recojan a tu amigo y tú prevente pa que regreses a tu tierra. ¿De dónde eres?. No te debías de haber salido de allá. ¿Tienes dinero?.
-Le quité al muerto este tantito. A ver si me ajusta.
-Tengo ahí una partida pa los repatriados. Te daré lo del pasaje; pero si te vuelvo a devisar por aquí, te dejo a que revientes. No me gusta ver una cara dosveces. ¡Ándale, vete!.
– Y yo me vine y aquí estoy, padre, pa contárselo a usté.
-Eso te ganaste por creído y por tarugo. Y ya verás cuando te asomes por tu casa, ya verás la ganancia que sacaste con irte.
-¿Pasó algo malo?. ¿Se me murió algún chamaco?.
– Se te fue la Tránsito con un arriero. Dizque era rebuena, ¿verdá?. Tus muchachos están acá atrás dormidos. Y tú vete buscando onde pasar la noche, porque tu casa la vendí pa pagarme lo de los gastos. Y todavía me sales debiendo treinta pesos del valor de las escrituras.
-Está bien padre, no me le voy a poner renegado. Quizá mañana encuentre por aquí algún trabajito pa pagarle todo lo que le debo. ¿Por qué rumbo dice usté que arrendó el arriero con la Tránsito?
-Pos por ahí. No me fijé.
-Entonces orita vengo, voy por ella.
– ¿Y por onde vas?.
-Pos por ahí, padre, por onde usté dice que se fue.
1. Después de leer el cuento realiza en tu cuaderno lo que a continuación se te pide:
a) Ordena por su importancia las ideas del texto. b) Distingue las acciones del padre, el hijo y la Tránsito. c) Reflexiona sobre las ideas de: pobreza, irresponsabilidad, desempleo,
esperanza y migración.
2. Con la intención de confrontar tu opinión con la opinión de quienes te rodean, prepárate para participar en un debate, siguiendo el procedimiento que ya conoces:
a) Selecciona el tema. Te sugerimos el tema La emigración de los mexicanos a Estados Unidos. b) Investiga lo más relevante sobre el tema en libros y periódicos, para apoyar tu argumentación. c) Elabora tu guión de exposición. Puedes apoyarte en el Fascículo 1 de esta asignatura (Capítulo 3).
Recuerda contemplar tanto los beneficios de la emigración como los perjuicios de la misma y justificar sólidamente tu opinión.
Revisa tu trabajo con el asesor de contenido.
Con el siguiente esquema podrás identificar las características que poseen la paráfrasis y el debate, que te permitirán reconocer la relación que existe entre estas formas de expresión escrita y oral.
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