2.1.3 Los Indígenas y la Cultura Española
Para mantener la dominación por largo tiempo, ésta ha de basarse no sólo en la fuerza: es necesario persuadir al dominado de su condición y que la acepte. Lo que correspondía a los españoles era la conquista espiritual, es decir, implantar, la civilización peninsular en tierras americanas.
Dada la preponderancia del cristianismo en la vida española, la conquista espiritual fue encomendada a los clérigos. Implantar la cultura europea significó, en la conciencia y los actos de los frailes, la evangelización. La conversión de los nativos al cristianismo representó un problema de relación que habría de darse entre la religión cristiana y la autóctona. ¿Se presentaría como el perfeccionamiento de las religiones indígenas, o la mostrarían como algo completamente nuevo e incompatible con ella?
Tomar la primera propuesta requería utilizar elementos de las creencias prehispánicas para hacer del cristianismo una religión más comprensible a los naturales. En el segundo caso podría esperarse un rompimiento tajante entre las religiones anteriores, preservando, de esta manera, la pureza del cristianismo y evitando errores interpretativos y prácticas perniciosas. España encabezaba la contrarreforma europea. Ni duda cabe entonces, que sus sacerdotes venían imbuidos de ese celo religioso que los dirigió a la negación absoluta de las creencias prehispánicas.
Así, los misioneros se dieron a la tarea de destruir templo por templo y de construir iglesias sobre ellos. También desaparecieron códices en los que los nativos habían asentado sus cosmologías y hecho relación de sus antepasados. En su furor religioso, los clérigos extranjeros hicieron investigaciones minuciosas de las creencias, prácticas religiosas, usos y costumbres de los indios, no tanto para preservarlas como para combatirlas de un modo más sistemático y racional, como fue, incluso, del insigne fray Bartolomé de las Casas.
A lo largo del siglo XVI se estudiaron y teorizaron las estructuras gramaticales de lenguas y dialectos prehispánicos, con el único fin de elaborar catecismo. No obstante, éstos fueron inmediatamente prohibidos para no causar confusión alguna en la interpretación y comprensión de los dogmas cristianos. Así, por ejemplo, la palabra “Dios” nunca se tradujo por teótl en náhuatl, según los clérigos, no significaba lo mismo. Definida la conducta a seguir con las religiones anteriores, quedaba por definir el modo en que los indígenas serían convertidos al cristianismo, por la fuerza o por el convencimiento. Aunque en 1523 el emperador Carlos V ordenó a Hernán Cortes abstenerse de intimidar a los nativos para conducirles al cristianismo, muchos evangelizadores desobedecieron las órdenes del rey.
En México, todos reconocían unánimemente que la aceptación de la fe tenía que ser voluntaria, pero mientras que unos, tachados de idealistas y excesivamente puros, no aceptaban ni la más leve apariencia de coacción, otros que se tenían por más equilibrados y prudentes, sostenían que para predicar con eficacia el cristianismo entre los indios era preciso crear un ambiente de sumisión y seguridad que sólo podía existir con la presencia de las fuerzas armadas.52
Estas dos tendencias expresadas en su más alto radicalismo encarnaron es dos frailes: fray Toribio de Benavente o Motolinía y fray Bartolomé de las Casas, quien sostuvo que no es derecho de los hombres sino de Dios escoger a aquellos que han de formar parte de la cristiandad. En todo caso, la iglesia es la encargada de llamar a los elegidos por Dios, llamándolas del único modo establecido por la providencia divina: “la persuasión del entendimiento por medio de razones y la invitación y suave moción de la voluntad”.
52 Gallegos R., José M.: La Filosofía en México en los siglos XVI Y XVII. UNAM, México, 1989, P.101.
Motolinía, en cambio, clérigo más de hechos que de palabras, utilizó el recurso de la imposición forzada en Cunamá, la Vera Paz y la Florida con resultados verdaderamente deplorables: en la Florida, misioneros dominicos, casi la mitad, murieron con armas de los nativos Hemos expuesto tres problemáticas importantes que surgieron con el choque de dos culturas: la europea y la del Nuevo Continente. Ahora te proponemos conocer la Filosofía y la actividad filosófica de los siglos XVI Y XVII en la Nueva España.