2.4.2 LAS REFORMAS ELECTORALES
¿Sabes en qué consisten las reformas electorales?. Lee el siguiente ensayo para que tengas información y puedas opinar al respecto:
En los años sesenta y setenta, cuando el país se encontró convulsionado por importantes movimientos sociales y, entre otros, guerrilleros que mostraban los límites de gobernabilidad del sistema político mexicano, el país se transformo y surgieron nuevos grupos sociales que no se incorporó a los sectores del PRI y, por lo tanto, tampoco recibieron los beneficios del sistema. Esto provoco una crisis política que condujo a varias reformas de tipo electoral, con objeto de abrir espacios a estos grupos y mantener la gobernabilidad del país y la estabilidad política del régimen.
Desde 1946 los comicios no fueron sino un ritual en el que el sistema se legitimaba y maquillaba como democrático. Las secuelas del movimiento estudiantil de 1968 y el descontento social lo contrarrestó el gobierno de Echeverría mediante una política de gasto social ampliada, la contratación de la deuda externa y la “apertura democrática”. En el gobierno de López Portillo se amplió el número de partidos políticos, se introdujo el sistema de “representación proporcional”, aumentó el número de diputados y se dio acceso a los partidos políticos y a los medios de difusión masiva, todo para lograr la sobrevivencia de la oposición que no había presentado candidato para las elecciones presidenciales en el periodo 1976-1982.
La dinámica de la crisis económica logró agotar el modelo de desarrollo debilitado desde los años setenta, que se logró mantener gracias al endeudamiento y al boom petrolero.
Las elecciones de 1976, en las que el candidato del PRI a la presidencia no encontró opositores de otros partidos, mostró el agotamiento del sistema político mexicano de partido casi único, con dos partidos satélites y un pequeño partido de oposición.
Durante el sexenio de Miguel de la Madrid hubo cinco candidatos a la presidencia, pero ninguno representó un problema real para el partido oficial. Nadie imaginó que seis años después, en 1988, el partido de Estado enfrentaría el proceso electoral más competido de su historia.
Debemos analizar la reforma salinista dentro del contexto de las elecciones federales de este mismo año. La primera reforma electoral en el inicio del sexenio dio como resultado la vigencia del Código Federal de Instituciones y Procesos Electorales (Cofipe), aprobado por la diputación priísta y panista, votando en contra el PRD.
Este código establece el derecho de los partidos políticos a recibir financiamiento del Estado en proporción del número de votos que obtenga, garantiza espacios en radio y televisión para que los institutos políticos den ha conocer el pueblo su plata forma política, y establece un Tribuna Federal Electoral autónomo para dirimir las controversias presentadas en materia federal electoral.
El Cofipe otorga participación a los partidos políticos y a la sociedad en la composición de las autoridades electorales, pero mantiene la organización, vigilancia y calificación en manos del gobierno. Par corroborar lo anterior señalaremos que el presidente del Instituto Federal Electoral es el secretario de Gobernación y que los magistrados del Tribunal Federal Electoral son designados por el Presidente de la República. Así mismo, aunque los partidos de oposición formen parte de los organismos electorales, el PRI mantiene mayoría en los mismos.
La nueva reforma provocó reticencia y el Cofipe aún entraba en vigor cuando ya se demandaba cambios. Antes de las reformas aplicadas entre 1988 y 1994, podemos observar que a medida que se incrementa la competencia electoral, las leyes que rigen la materia se vuelven obsoletas rápidamente
La Ley Electoral de 1918 estuvo vigente hasta 1946 y la de 1946 hasta 1963, en que se reformó, dando cabida a los diputados del partido y prolongó su vigencia hasta 1977, cuando entró en vigor la Ley Federal de Organizaciones y Procesos Electorales, sustituida por el Código electoral de 1986, en vigor para las elecciones de 1988. Este proceso de reformas se agotó. En lo sucesivo podemos esperar que las reformas cuenten con la participación y consenso de los partidos de oposición y de la sociedad civil.
Dos meses después de la toma de posesión de Carlos Salinas de Gortari, se inició una consulta para reformar la Ley Electoral del país. Por primera vez en la historia el PRI no tenía la mayoría necesaria para reformar la Constitución y tuvo que aliarse con la oposición para llevar a cabo la reforma electoral. La reforma constitucional debía llevarse a efecto por consenso entre el PRI y las fuerzas de oposición; el país enfrentaba la posibilidad de terminar con el sistema de partido casi único y el tutelaje del Estado en las elecciones o bien, maquillar al sistema político para seguir permitiendo al PRI el control del poder. El Partido de Acción Nacional- la principal minoría de la Cámara de Diputados-, votó a favor de la reforma electoral por considerar que no se podía avanzar más en el pacto democrático, dejando la organización y calificación de las elecciones en manos del Estado otorgando al PRI una sobre representación en la Cámara de Diputados, sin tocar el problema de partido de Estado y del origen de los recursos del partido oficial.
El gobierno mexicano debió acceder a una reforma electoral (la segunda en el sexenio) presionado por la oposición, la sociedad y los sectores liberales del extranjero, especialmente congresistas estadounidenses que condicionaban la ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC) a partir de el democrático del país. E s en este marco para lo que la Comisión Permanente del Congreso llamó, en Agosto de 1993, a un periodo extraordinario de sesiones del Congreso de la Unión, con la finalidad de discutir la reforma del Cofipe.
En dicho periodo de discutió el problema financiamiento de los partidos políticos, la conveniencia de fijar un tope a los gastos de campaña, el acceso de los partidos a los medio de comunicación y participación de la oposición en el Senado de la República mediante la representación proporcional.
Otro tema de discusión fue la desaparición del Código Electoral en cuanto a la calificación de las elecciones de diputados y senadores pues en el proyecto de reforma del PRI -apoyado por el PAN-, el colegio electoral se conserva para la calificación de la elección presidencial. En lo referente a las elecciones del poder Legislativo se propuso que el Tribunal Federal Electoral las califique.
También, la reforma se dio en torno al Artículo 82 de la Constitución. El PRI, el PAN y el PRD estuvieron de acuerdo en reformar tal articulo para que los mexicanos por nacimiento, hijos de padres extranjeros, pudieran aspirar a la presidencia, mientras el PRI planteaba que la reforma tuviera efectos hasta 1999, el PAN y el PRD deseaba que la reforma entrara en vigor para las elecciones de 1994. En fin, dicha reforma hizo posible la presencia de Fox en la silla presidencial.
Un punto más de discusión radicó en la desaparición de la cláusula de gobernabilidad, la cual otorga al PRI una sobre representación en la Cámara de Diputados.
El PRD y algunos miembros del PAN consideran que el gobierno se niega a hacer una reforma profunda y que, mientras mantenga el dominio y control de los órganos electorales y organice y califique las elecciones, seguirá existiendo el fraude electoral.
1. ¿A qué atribuyes la frecuencia con que se reforman las leyes electorales del país?