1.2.5 EL CICLO Y LA TEORÍA MONETARIA
El predominio indiscutible corresponde a las teorías monetaristas, debido al prestigio de la Teoría Neoclásica que hizo que con los Principios de economía, de Marshal (1890), y la existencia del patrón oro, predominaran las teorías monetaristas del ciclo, desde fines del siglo XIX hasta la gran depresión de 1932. Dos exponentes de esta teoría son Hawtrey y Hayek; para el primero el ciclo se genera por causas monetarias y es en sí mismo un fenómeno eminentemente monetario, y para el segundo ciclo se refiere a una teoría monetaria de sobreinvesión.
En los años cuarenta, Friedman propuso para Estados Unidos que la política económica del gobierno no debería dejarse a la opinión de los responsables de ella sino someterse a una “regla por la cual las variaciones monetarias y fiscales resultaban automáticas”. A decir de Friedman, las políticas monetarias discrecionales tienen otras desventajas.
Una de ellas es que al no tener las autoridades más límite que su propia opinión, las políticas monetarias pueden quedar a merced de las presiones políticas y de los vaivenes de la corriente de opinión; por ello, no existirían criterios para juzgar y controlar dichas políticas. Así, el otorgamiento de facultades amplias a los responsables del manejo monetario sería una fuente potencial de mayor incertidumbre e inestabilidad, de tal suerte que a las autoridades monetarias debería fijárseles la tarea de mantener el ritmo constante de crecimiento anual de la oferta monetaria; esta regla debería ser observada estrictamente sin importar cuáles fueran las fluctuaciones que experimentara la economía. Se trata de una regla fija que impide toda iniciativa por parte de las autoridades monetarias.
18 Ídem, p. 196.
En Estados Unidos, la propuesta de Friedman originó un giro, al menos verbal, en las controversias entre monetaristas y keynesianos, ésta tomó la forma ahora de “reglas versus discrecionalidad”, pero la expresión ‘discrecionalidad’ no describe bien la posición keynesiana y tiene un sesgo a favor del monetarismo; en realidad, las políticas de estabilización del corte keynesiano no consistían en un manejo arbitrario de la demanda global como lo sugiere el término ‘discrecional’… Se trata, entonces, de una regla que liga la tasa de expansión de la demanda global y de la oferta monetaria con el valor pasado de alguna variable clave como el empleo o el producto
Según teóricos keynesianos, en las economías desarrolladas los ciclos son fluctuaciones de la demanda agregada, pero la contrarrevolución no aceptaría esta postura, era más aceptable pensar que los ciclos económicos son “senderos de equilibrios móviles”.
Los protagonistas de la nueva macroeconomía clásica enfatizan la elección racional intertemporal. Si los recursos, ya sea el trabajo o el capital, están hoy ociosos, es debido a que la elección voluntaria los conserva para usarlos mañana, cuando se espera que las oportunidades sean más favorables. Estas elecciones son racionales, aunque a menudo las percepciones y expectativas sobre las que se basan pueden sufrir de información equivocada o incompleta.19
Sin embargo, existen, dentro de esta perspectiva, dos modelos alternativos del ciclo económico: uno representado por Robert Lucas, quien niega sin fundamentos serios, a través de su curva de oferta, toda posibilidad de explotar la curva de Phillips a través de políticas keynesianas; el segundo es el que señala que “los ciclos serían exactamente los movimientos apropiados concomitantes al equilibrio general intertemporal de la economía con información plena.20
El problema es que estos modelos pueden solamente explicar los ciclos, en caso que lo hagan, atribuyendo a los trabajadores consumidores increíblemente altas tasas intertemporales de sustitución en el consumo de ocio y de otros bienes.21