1.1.2 PLAN DE ALIENTO Y CRECIMIENTO
El 23 de junio de 1986 se puso en operación el Plan de Aliento y Crecimiento (PAC), el cual comprendía una política activa y congruente con la lucha antiinflacionaria y el fomento de las actividades productivas. Este programa supone la continuidad del PIRE y del PND, aunque a diferencia de éstos establece un tipo de negociación de la deuda externa y busca un crecimiento del PIB entre el 3 y 4%, en 1987. Además, introduce cambios en la estrategia económicas de tipo estructural como:
a) Modificar términos en la negociación de la deuda externa. b) Adecuar el servicio de la deuda externa a la capacidad de pago. c) Introducirse nuevos instrumentos de captación, así como liberar créditos al sector
privado y buscar bajas tasas de interés d) Franco y decidido apoyo a la inversión privada para proteger a la planta productiva y
al empleo e) Reestructurar la política fiscal de la administración tributaria, así como una política
realista de precios y tarifas.
El PAC pretendía resolver problemas económicos y sociales, pero en la práctica no tuvo efecto favorable para la sociedad.
Este programa también pretendía ajustar la economía a la realidad externa; recuperar las exportaciones no petroleras y fortalecer las áreas estratégicas del Estado. Respecto a la deuda externa se planeaba no recurrir a la moratoria o suspensión de pagos estricto del servicio de la deuda externa, sino establecer un tipo de negociaciones con los acreedores, sin sacrificar el bienestar del pueblo.
Con base en el PAC se estableció un convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), denominado Programa de Ajuste, de 18 meses, en el que se solicita un préstamo de 12 mil millones de dólares, estableciendo, además, las siguientes políticas de carácter externo:
- Reducción del gasto público.
- Apoyo a la inversión extranjera.
- Venta o liquidación de empresas paraestatales.
- Ajustes de precios y salarios.
Este programa se consideró de origen exógeno, pues sus políticas provenían del extranjero, debilitando la soberanía nacional y exponiendo nuestra economía a los intereses externos. Al finalizar 1986 los resultados fueron alarmantes: reducción del PIB de 4% en relación con el año anterior e inflación del 106 por ciento.
La deuda externa alcanzó los 100 mil millones de dólares, las tasas de interés continuaron al alza (más de 100%), la deuda interna llegó a 10.5 billones de pesos, la devaluación siguió en curso, sobrepasando a 1600 pesos por dólar, así como una tasa de inflación superior al 100% y una contracción del PIB del 4 por ciento.
La principal causa de la contracción del PIB fue la desinversión productiva, que se presentó como consecuencia de las altas tasas de interés, pues los empresarios preferían invertir en valores y cuentas bancarias, que en actividades productivas, de ahí que aumentara el desempleo cada día. La principal causa del endeudamiento interno y externo es la falta de ahorro interno, que se deriva de los bajos niveles de productividad e ingresos.
La inflación depende de dos variables: externas (fluctuaciones del precio del petróleo, tasas de interés internacionales y el comportamiento de la economía de Estados Unidos), e internas (principalmente la política presupuestal); por ejemplo, cuando los ingresos son menores que los gastos se presenta a un déficit presupuestal. Al crecer el déficit público el gobierno tiende aún más a los mercados de crédito, desplazando las tasas de interés y la misma inflación a niveles más altos. Al agotarse las fuentes de crédito local, el gobierno emitió más circulante par financiarse, creciendo aún más la tasa de inflación.
La causa principal de la devaluación es el desequilibrio monetario, que ha llevado al gobierno al desmedido endeudamiento interno y externo (principalmente); al aumento de impuestos, causando el enorme déficit presupuestal que ha ocasionado un alza generalizada de los precios y la disminución de la producción. Durante el primer semestre de 1987 la economía transitaba por una posible y breve recuperación. Se logró modificar el comportamiento de algunas variables económicas, sobre todo las relaciones con el extranjero; aumentó el superávit comercial; mejoro el precio del petróleo; se incrementaron las exportaciones no petroleras y se mantuvo una reserva de divisas del orden de los 14 500 millones de dólares. Entre otros factores hubo una breve recuperación de la actividad económica registrándose tasas positivas del crecimiento de la producción industrial total.
Estos acontecimientos están relacionados con la crisis cíclica de carácter estructural, donde hay una ligera recuperación en las actividades económicas, aunque nuevamente se presenta la depresión y la crisis crónica.
A partir del segundo semestre de 1987 lo más destacado fue un aumento del superávit comercial de 39% y la acumulación de las reservas de las divisas, que se mantuvo estable como en el primer semestre, pero fueron acompañadas por una inflación acumulada desde enero, de 78%; una tasa de desempleo del 5% en relación con el año anterior, así como una débil recuperación del 1% en las actividades productivas, que agudizó la dependencia y la desarticulación de los sectores productivos.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el aumento del superávit comercial se debió principalmente al incremento en 39% de las exportaciones, la recuperación en el precio del petróleo y el crecimiento de las exportaciones manufactureras, estimuladas por el alza del tipo de cambio que fue de 1591 pesos por dólar al finalizar 1987; la liberación del comercio exterior, la debilidad de la demanda interna, y la disminución del salario real por la alta tasa inflacionaria.
1. ¿Cuál sería la solución para que México alcance un crecimiento continuo: endeudarse más con el extranjero, aumentando las inversiones extranjeras o vendiendo empresas paraestatales?
El boom de la bolsa
Se entiende por boom (auge) el crecimiento del índice del mercado accionario, en cuanto al precio de las acciones que se ofrecen al público.
Las acciones que se cotizan en la bolsa de valores son los documentos que respaldan a las empresas, su productividad y rentabilidad, que producen una fluctuación periódica en su cotización en el mercado accionario.
El índice de precios y cotizaciones de la Bolsas Mexicana de Valores creció 700% entre el último día de 1986 y la primera hora de la operación del mercado del 5 de octubre de 1987, siendo el punto más alto del auge de la Bolsa, esta cifra fue la más alta de los mercados de los valores a nivel mundial. Cabe aclarar que en cada país existieron causas específicas para el auge del mercado. No obstante, el fenómeno de carácter general se relacionó con los siguientes elementos:
Primero, en 1987, el auge accionario sigue, conforme se percibe la recuperación económica, con base en el aumento de los ingresos petroleros y un aumento importante en las exportaciones no petroleras. Segundo, se relaciona con las transformaciones tecnológicas que se han producido en el campo del servicio financiero, mismo que ha causado el desarrollo de nuevos instrumentos y un cambio en el funcionamiento interno de las instituciones tradicionales. Asimismo, el boom se caracterizó por el proceso de crecimiento de innovaciones financieras que acompañó el surgimiento de instrumentos financieros con un aumento de los valores reales.
El crack de 1987
El 19 de octubre de 1987 se produjo un crack (caída) en la bolsa de valores de casi todos los países desarrollados. Para México la crisis bursátil fue el principio de una secuencia de transtornos financieros, lo que lo obligó a poner en práctica un programa de estabilización, cuyo objetivo era erradicar la inflación crónica y los desajustes económicos que se padecían de tiempo atrás.
Las acciones se volvieron menos atractivas ante las perspectivas de mayor inflación y altas tasas de interés, y los instrumentos de producción (metales, petrobonos, Certificados de la Tesorería, Pagarés de la Federación, etc.) se hicieron más rentables para invertir pues, respaldos por el Estado, aumentaron su liquidez es decir, se podían comprar y vender con facilidad, además de contar con alto rendimiento.
1. Si Tuvieras 100 mil pesos ¿en qué los invertirías?, comprar acciones en la bolsa de valores (recuerda que suben y bajan bruscamente), comprar bienes raíces (casas, terrenos, edificios, etc.) o invertir en instrumentos de protección. Coméntalo con tus compañeros, tu profesor o tu asesor.