3.3.2 ELEMENTOS DE LA ARGUMENTACIÓN
Como te has dado cuenta, existe una serie de textos y recursos que contribuyen a definir la fisonomía de un periódico, pues en los ejemplos que has leído, además de la información sobre el hecho noticioso, éste se ha interpretado y en ocasiones se define explícitamente una opinión que se basa en argumentos sólidos y que tiene como propósito exhibir determinada posición respecto al hecho del cual opina.
Como sabes, en este tipo de textos, que se conforman con un discurso argumentativo, quien expone no sólo pretende informar, sino que su propósito fundamental es tratar de orientar al lector para que considere como válidos los juicios que se emiten.
De esta manera, en un texto cuyo discurso se considera argumentativo, es posible distinguir los siguientes elementos:
1) Situación. Se enuncian ciertas circunstancias sobre el hecho del cual se opina.
2) Problema. Se determinan los aspectos sobre los cuales se va a opinar.
3) Enunciado de tesis. Se establece el principio que el autor va a defender.
4) Planteamiento de tesis positiva. Se confirma una serie de enunciados en los cuales el autor se apoya para presentar su argumentación.
5) Mención de ciertos argumentos contrarios. El autor se apoya en planteamientos contrarios a su posición.
6) Afirmaciones sobre los mejores argumentos de la tesis sostenida. Con los elementos anteriores el autor reafirma los juicios que ha venido demostrando.
7) Conclusión de las tesis. Se sintetizan los puntos de vista que se han expuesto, analizando y confrontando ideas, con el fin de demostrar la validez de los argumentos.
Cabe aclarar que en un texto pueden o no aparecer todos los elementos anteriores; también se pueden encontrar en un orden diferente al antes expuesto; dependiendo del estilo del autor, quien selecciona la manera en que presenta sus argumentos. Es preciso subrayar que los elementos de la argumentación no corresponden necesariamente a cada uno de los párrafos de un texto, de modo que podemos encontrar dos de ellos en un mismo párrafo, o bien, sólo uno de estos elementos aplicado en varios párrafos.
En un texto es posible detectar, a través del léxico que se emplea, las partes de una argumentación; es decir, las palabras y frases que nos ayudan a ubicar qué elementos del discurso argumentativo maneja el autor en cada párrafo. Así por ejemplo, si en el texto se encuentra la expresión “en efecto” es muy probable que los enunciados siguientes nos reafirmen la idea que se expresó en párrafos anteriores.
Para ejemplificar lo anterior retomemos el TEXTO 31, analízalo detenidamente:
TEXTO 31
¿Descubrimiento?, No, Colisión de dos culturas37
Fidel y el V Centenario
1 Yo no estoy en contra de la conmemoración del Quinto Centenario… de reconocer la trascendencia histórica de aquel acontecimiento… es que esa
conmemoración no debe convertirse en una simple apología del llamado “descubrimiento” y de sus consecuencias, y que debe ser, por el contrario, una conmemoración crítica del hecho.
2 El mérito extraordinario de Colón no se puede desconocer, el mérito desde el punto de vista científico, desde el punto de vista humano.
3 Pero el hecho histórico incontrovertible es que junto al “descubrimiento” vinieron asociados fenómenos tan terribles para los pueblos americanos como la conquista, el dasolojo de sus tierras, la destrucción de sus civilizaciones, el exterminio de la población indígena.
4 El “descubrimiento” estuvo asociado también a la esclavitud moderna…
5 A mí lo que me asombra es que haya tantos en el mundo y sobre todo en nuestros países, que sigan utilizando el término “descubrimiento” para eludir al hecho…
6 Hay quienes, para salvar este problema, se refieren piadosamente al “encuentro de dos culturas”. Pero este término tampoco me parece apropiado…
7 Es cierto que, además de enfermedades y males sociales, los americanos recibieron de Europa algunas cosas buenas…
8 De más está decir que nada de esto está inspirado en sentimiento alguno de odio… mucho menos hacia España…
9 En realidad, este enfoque crítico está inspirado en la defensa de determinados valores esenciales…
10 Con toda franqueza te digo como cubano que prefiero que Cuba haya sido colonizada por los españoles y no por los europeos racistas…
11 La conmemoración del Quinto Centenario puede resultar útil en la medida en que pueda servir para destacar, entre todos los países latinoamericanos…
37 Tomado de El Universal. 19 de mayo de 1992.
INDICADOR DE OPINIÓN
SITUACIÓN
PROBLEMA ENUNCIADO DE TESIS
ARGUMENTOS CONTRARIOS
AFIRMACIONES SOBRE LOS MEJORES ARGUMENTOS EN FAVOR DE LA TESIS QUE SE SOSTIENE
AMPLIACIÓN DE LAS AFIRMACIONES ANTERIORES
CRÍTICA DE ARGUMENTOS CONTRARIOS
AMPLIACIÓN DE LA CRÍTICA ANTERIOR
RECONOCIMIENTO DE OTROS ARGUMENTOS
EXPLICACIÓN DE LA TESIS QUE SE SOSTIENE
REAFIRMACIÓN DE LA TESIS
AMPLIACIÓN DE LA EXPLICACIÓN DE LA TESIS (Párrafo 8)
REAFIRMACIÓN Y CONCLUSIÓN DE LA TESIS
Como puedes observar en el ejemplo, para ayudar a reconocer la estructura del texto, puedes recurrir a una serie de indicadores lingüísticos:
x El título te da la pauta para encontrar la tesis que se manejará.
x En cada párrafo puedes ubicar de quién o de qué se habla, determinando en cada caso si se relata o comenta el hecho noticioso, utilizando, para tal fin, los elementos de la redacción de notas (reconocer: qué, quién, dónde, etc).
x Buscar los recursos lingüísticos, es decir, aquellas palabras que indican en forma de entrada si se expone, argumenta, continúa, contrapone, compara o concluye, el discurso.
x El uso que en el discurso se hace de los modos y tiempos del verbo. Para el discurso argumentativo es común utilizar los verbos comentar, creer, proponer, presuponer.
x El empleo en el discurso de pronombres personales que muestran el comentario de quien escribe (yo, nosotros).
Para que puedas apreciar la utilidad de los indicadores anteriores al analizar la estructura de un escrito, lee con atención el siguiente texto, identifica dichos indicadores y responde lo que a continuación se solicita:
TEXTO 38 Soluciones38
A las penurias del catedrático
Nemesio Rodríguez Lois
Fue el pasado lunes 22 de junio cuando en estas mismas páginas hablábamos acerca de la frustración que supone el hecho de que nuestros catedráticos universitarios al no poder equilibrar su presupuesto, se vean en la penosa necesidad de complementar sus ingresos trabajando como taxistas.
Comentamos también acerca de las consecuencias, -la más grave: un notable deterioro dentro de la calidad académica-, que todo esto traería al país.
Y cerramos el comentario prometiendo ofrecer algunas soluciones.
Considerando que no es lícito criticar lo existente si no se tiene algo mejor que ofrecer a cambio, en el caso concreto que hoy nos ocupa, tenemos unas cuantas ideas que deseamos hacer del dominio público.
Uno de los problemas que más angustian al hombre de hoy es el de contar con un techo bajo el cual refugiarse, donde pueda convivir con los suyos y que -de ser posible-se convierta en un patrimonio familiar.
Y es que el futuro es siempre incierto ya que la juventud se acaba, la salud no siempre se mantiene y todo esto hace que quien hoy se encuentre en plena actividad económica, a la vuelta de unos cuantos años, se transforme en un ser que para todo dependa de sus más allegados.
En el caso concreto de los maestros y catedráticos, consideramos que lo primero que hay que hacer es garantizarles que habrán de poseer una vivienda en propiedad.
Y esto lo podría hacer el Estado prácticamente a base de donaciones, resultado de unos recursos que bien podrían obtenerse de otros renglones donde actualmente se está derrochando el dinero.
38 Tomado de El Heraldo de México. 24 de junio de 1992.
Durante las administraciones comprendidas entre 1970 y 1982 se crearon infinidad de comisiones y empresas paraestatales que sólo sirvieron para mantener a una muchedumbre de holgazanes y bribones que ningún beneficio le reportaban al país.
¿Podemos imaginarnos los beneficios que reportaría el hecho de que tan cuantiosos recursos se destinasen a construir una serie de viviendas que lo más justo sería que se le obsequiasen a quienes nos ilustran desde la cátedra?.
Asimismo -y con el objeto de que ningún profesor cediese a la tentación de ejercer cualquier otra actividad- aumentar los sueldos de tal modo que llegase el momento en que la aspiración de muchos estudiantes no fuese otra más que la de ser catedráticos.
Y así, valga el ejemplo, el sueldo más bajo que debería actualmente percibir un catedrático podría ser de unos cinco millones de pesos.
Y decimos el más bajo porque, dentro del claustro universitario, es lógico que existen distinciones derivadas desde quien posee una simple licenciatura hasta quien ostenta varios doctorados.
Claro está que con esto se corre el riesgo de que muchos maestrillos acudan presurosos a registrarse como catedráticos.
Aquí sería donde habría de operar un riguroso sistema de selección similar al que se sigue con todo abogado aspirante a una notaría.
Por una serie de exámenes -en los cuales habría de calificarse no solamente la cantidad de conocimientos sino las dotes expositoras del maestro- habrían de pasar quienes aspirasen a la cátedra.
De este modo no solamente los ineptos sino incluso los mediocres irían quedándose a la mitad del camino.
Siguiendo este procedimiento, muy pronto cada Por supuesto que estos dos requisitos no podrán darse en la Universidad contaría con una lista de los mejores práctica si el Gobierno Federal no distribuye de tal manera su elementos intelectuales que existen dentro del mundo de presupuesto que le permita destinar una fuerte cantidad a la Cultura. este renglón.
Lo demás sería relativamente fácil ya que, en el momento Y para ello -no está por demás insistir-habrá que eliminar que se produjera una vacante, las autoridades una serie de gastos superfluos y canalizar todo ese dinero académicas podrían darse el lujo de escoger al mejor hacia el mundo de la cultura. entre varios buenos.
Solamente así, cuando el catedrático vea que su profesión le Ahora bien, para que todo esto funcione, lo primero será garantiza no solamente una vivienda con toda justicia que se hagan realidad dos propósitos: obsequiada por el Estado sino incluso unos honorarios
decentes se evitará el bochornoso espectáculo de que a) Que se les regale una vivienda a los catedráticos. muchos de ellos se vayan de taxistas o se metan de ambulantes en el Centro Histórico.
c) Que se les paguen honorarios que les permitan no sólo vivir decorosamente sino incluso ahorrar con De lo contrario, o sea si las cosas siguen como hasta el miras al futuro. momento, las deserciones de catedráticos -una auténtica
fuga de cerebros dentro de nuestras fronteras- será cada vez mayor.
Y las consecuencias habremos de pagarlas todos.
Resuelve lo siguiente:
- ¿Cuál es la situación o tema sobre el cual se opina?.
- ¿Cuáles son los aspectos que se consideran como problema?.
- ¿Cuál es la tesis que se va a defender y argumentar?.
- ¿Qué información o afirmaciones se ofrecen para sostener la tesis que se defiende?.
- ¿En cuáles párrafos se manejan argumentos contrarios a la posición del autor para apoyar su opinión?.
- Esta columna, además de la opinión sobre un tema, ofrece alternativas o propuestas para reafirmar su tesis. Describe en cuáles párrafos se desarrollan dichas propuestas:
- ¿Cuál es la conclusión que el autor, a manera de consecuencia, apunta en la columna?.
Del análisis del TEXTO 38 puedes concluir lo siguiente:
A partir del título “Soluciones a las penurias del catedrático” puedes detectar a qué se referirá el texto.
Los hechos que se relatan o comentan son:
QUÉ: los conflictos económicos QUIÉN: los catedráticos DÓNDE: en el país CUÁNDO: en la actualidad
Dentro del texto encontramos los siguientes verbos: hablábamos, comentamos, consideramos, podemos, decimos y otros; todos corresponden a la primera persona del plural, por lo cual detectamos una opinión personalizada.
El párrafo que presenta la tesis se refuerza con argumentos en los párrafos siguientes.
La conclusión se presenta en los párrafos finales como un resumen del problema que se comenta.
¿Cuál es la relación que existe entre los elementos del discurso argumentativo y los indicadores lingüísticos de un escrito?.
Los indicadores lingüísticos establecen la naturaleza y tono de cada uno de los elementos del discurso argumentativo.
Existen artículos periodísticos de opinión que no siguen totalmente el esquema del discurso argumentativo, sino que mezclan elementos de la crónica (relato de hechos interpretados por quien narra) y de la noticia (relato de hechos de actualidad que se desea dar a conocer), de tal forma que expresan también un punto de vista o una crítica sobre una situación determinada.
Con la intención de que integres los conceptos que hemos estudiado hasta el momento, sobre el discurso argumentativo, realiza las siguientes actividades.
Recuerda que puedes acudir con el asesor de contenido para verificar tus resultados y resolver dudas.
Lee con atención el texto, considerando las características de los géneros de opinión: los elementos del discurso argumentativo y los indicadores lingüísticos, después resuelve el cuestionario que se presenta al final de la lectura.
TEXTO 39 Ni una palabra más39
Víctor Roura
Hace una semana fui a dar una charla a los estudiantes de la ENEP Aragón. Renuente como soy a asistir a esos foros, al principio aduje otras ocupaciones. Lo que me hace dudar no es la posible pérdida de tiempo, sino la indiferencia con que estas pláticas son recibidas en dichos planteles por el personal administrativo. Y porque pienso que los jóvenes ya no quieren dialogar, sino encender simplemente la televisión. Pero, como sucede las más de las veces en estos casos, acepté. Contra mi voluntad, he de decirlo.
Y dicho y hecho.
Al llegar al plantel, el auditorio estaba cerrado. Tardaron, por supuesto, en abrirlo. Y, por supuesto, ningún micrófono servía. Como ocurre con esos auditorios universitarios, estaba terriblemente sucio. Pareciera que nadie nunca entraba a sentarse.
39 Tomado de La Jornada. 5 de junio de 1992.
Esos escenarios sólo se llenan si hay un grupo de cumbia, pero se vacían inmediatamente si está en el estrado Juan José Calatayud con su piano.
Normal.
La conferencia transcurrió a trompicones, porque pocos son los estudiantes que quieren abrir la boca.
E inesperadamente, una hora después, las luces en el auditorio se apagaron. Para subsanar tal falta de respeto, conté dos chistes a oscuras. Sólo las risas aliviaron un momento la tensión. Pero ningún alumno protestó ni exigió la continuación de la charla. Cuando dije, fastidiado, que la función estaba concluida, a los tres minutos regresó milagrosamente la luz. Los estudiantes ya se habían marchado. Raudos.
Luego, un alumno me comentó que le había parecido extraño la fuga eléctrica. Explicó:
-Hace siete días vino Kippi Casados y el auditorio estaba abierto con bastantes minutos de anticipación para que los estudiantes pudieran ocuparlo. Todos los micrófonos sirvieron. La luz nunca se fue. El auditorio estaba que no cabía ni una aguja.
No lo dudo.
Como tampoco dudo de la gandallez inexplicable de la burocracia académica. Hace poco, el periodista José Luis Perdomo Orellana, autor del
libro En el surco que traza el otro, teoría y práctica de la entrevista (primer premio de tesis del Consejo Nacional de Enseñanza e Investigación en Ciencias de la Comunicación en 1987), fue tratado a punta de patadas en ese plantel Aragón de la ENEP.
La historia es corta.
A finales de enero de este 1992 el profesor Edgar Liñán, a nombre del comité de revisión y actualización de los planes de estudio de la carrera de periodismo de esa ENEP, invita amigablemente a Perdomo Orellana a impartir clases.
-Al principio me negué porque sé la medida de su burocracia a la cual le cabe sólo la mitad de un dedo en la frente- dice Perdomo Orellana, quien es egresado de ese plantel.
La insistencia es continua y reiterada. El periodista acepta a fines de marzo. Va a hablar con la, pero por supuesto, licenciada Martha Patricia Chávez, secretaria técnica de periodismo. La lic le da la bienvenida. Le pide papeles para ordenar su archivo.
-Es un honor para la escuela traer de maestros a sus mejores egresados-le dice.
Perdomo Orellana sólo sonríe.
Lleva con puntualidad su papelerío. No hay problema. Comienza en abril a dar el género de la entrevista, de la cual es un experto. Dos clases después lo llama Concepción Estrada, la coordinadora sustituta y, por supuesto, licenciada también, faltaba más, para decirle que era imposible que siguiera dando clases ya que Perdomo Orellana tenía tiempo completo en Humanidades de la UNAM.
-No puedes trabajar una hora más-dijo la lic Estrada.
Perdomo Orellana, interesado en la academia, dijo que no le importaba dar las clases gratis, sabedor de que estaban las licenciadas leyendo mal los estatutos universitarios. Concepción Estrada dijo que, ah bueno, así no habría ningún problema, que continuara impartiendo su materia. El 13 de mayo volvió a ser llamado: Esta vez la misma lic Estrada fue tajante. Ya no debía regresar nunca más al plantel porque el profesor titular regresaba (quien por cierto, jamás se presentó a dar clases sino que fue contratado otro profesor). Lo estaban corriendo, sin más.
Ni las gracias se permitieron darle.
Pero los alumnos no se quedaron, esta vez, en silencio. El grupo 2453 del turno vespertino escribió una carta al ingeniero Claudio Merrifiel Castro, director de ese plantel, que le fue entregada ayer para que les sea explicada la sinrazón de la despedida del periodista Perdomo Orellana (lo que da cuenta de la estupenda relación profesor estudiantado en tan pocas semanas). En estos momentos han llegado a donde les ha sido posible, pero el mismo jefe de la división de Estudios Profesionales, ingeniero Jorge Paniagua, les dijo que el asunto estaba finiquitado. Y punto. Que Perdomo Orellana se había ofrecido a darles clases gratuitamente a saber con qué intereses.
Y ya.
Ni una palabra más.
Ante esta impune arbitrariedad yo sugiero, entonces, que contraten a otro tipo de profesores. A teóricos distanciados de la práctica, a carismáticos que no sepan escribir, a serviciales aunque de prensa no sepan de un comino. Kippi Casados, por ejemplo, podría impartir la cátedra de conducción periodística en la televisión. Ninguna burócrata se atrevería a contradecirla, aunque no tuviera en regla ningún papel.
Sería un éxito académico.
No lo dudo.
Ahora, contesta lo siguiente:
- ¿Cuál es la situación o el problema que se plantea?.
- Transcribe la opinión o crítica del autor:
- ¿En qué párrafo se conoce la opinión del autor?.
- ¿Cuáles son los apoyos lingüísticos que te ayudaron a ubicar la tesis?.
- ¿Qué información da el autor para sustentar su opinión?.
- ¿Qué argumentos existen para atenuar la situación?.
7. ¿Cuál es la conclusión?.
Como puedes observar, en el discurso argumentativo es factible distinguir varios momentos; también es posible detectar la perspectiva con la cual se argumenta; es decir, una argumentación puede darse desde una propuesta temporal-histórica, pues son opiniones que se presentan en su momento y es posible modificarlas con el paso del tiempo.
Asimismo, dar una opinión requiere poseer información y cultura para sostener los argumentos de manera coherente y firme. Por otra parte, existe una relación directa entre el plano psicoemocional y el plano político-económico que da como resultado una forma de pensar o ideología. De esta manera, las argumentaciones son mensajes que buscan ante todo convencer a los lectores y, por ende, se recurre a la persuasión para demostrar al lector que lo que se argumenta es cierto.
En el siguiente esquema puedes reconocer los elementos que estructuran al discurso argumentativo y el tipo de contenido que éste maneja. Revísalo detenidamente.
se basa en
LA ARGUMENTACIÓN
consiste en
CONVENCER A UN RECEPTOR
A TRAVÉS DE RAZONAMIENTOS LÓGICOS
con el fin de
QUE EL
RECEPTOR ACEPTE LAS IDEAS QUE SE LE EXPONEN EDITORIAL
se identifican con
INDICADORES LINGÜÍSTICOS
como son
EL TÍTULO
ELEMENTOS DE LA REDACCIÓN DE TEXTOS PERIODÍSTICOS (qué, quién, cuándo, dónde, cómo, por qué…)
MODOS Y TIEMPOS DEL VERBO PRONOMBRES PERSONALES
COLUMNA
UNA COMBINACIÓN DE CRÓNICA Y NOTA INFORMATIVA