Ahora que conoces los elementos necesarios para el manejo de la información y elaboración de trabajos escolares, resuelve las siguientes actividades, aplicando lo que has aprendido en este capítulo.
1o. a) Menciona cuántos tipos de fichas conoces
b) ¿Qué procedimiento sigues para localizarlas?
c) ¿Para qué sirven la ficha bibliográfica y la hemerográfica? 2o. ¿Cuál es la diferencia entre hemeroteca y biblioteca? 3o. Elabora una ficha bibliográfica con los siguientes datos:
Fundamentos de ADMINISTRACIÓN
Lourdes MÜnch Galindo José García Martínez
La presentación y disposición en conjunto de FUNDAMENTOS DE ADMINISTRACIÓN Son propiedad del editor. Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida y transmitida mediante ningún sistema
o método electrónico o mecánico (incluyendo el fotocopiado la grabación o cualquier sistema de recuperación y almacenamiento de información), sin consentimiento por escrito del editor.
Derechos reservados conforme a la ley ¤ 1982 Editorial Trillas, S.A. de C.V. Av. Río Churubusco 385, Col Pedro María Anaya. Deleg. Benito Juárez, 03340, México, D.F.
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial. Reg. Núm. 158
Primera edición, 1982 (ISBN 968 24 1187 4) Editorial Trillas México
Primera reimpresión, octubre 1983
Impreso en México
(Total de páginas 300)
4o. | ¿Qué utilidad tiene la elaboración de una ficha de trabajo para la realización | de |
| una investigación? | |
5o. | Escribe los elementos que integran una ficha de trabajo en el siguiente formato: | |
6o. Cuando obtienes información para realizar un trabajo por escrito, ¿cómo puedes estructurarla?, y, dentro de ese esquema, ¿qué contempla cada parte?
7o. Los elementos de fluidez en la lectura se refieren a utilizar las palabras con facilidad.
Entonces con la ayuda de una grabadora, lee en voz alta los siguientes textos con el
fin de que corrobores si tu lectura contiene esos elementos.
TEXTO 24
“La jirafa vive en sitios donde el suelo es casi siempre seco y sin hierba. Obligada a ramonear de los árboles, la jirafa se ve continuamente forzada a estirar el cuello hacia arriba. Este hábito, mantenido a través de extensos periodos por cada uno de los individuos de su raza, dio como resultado que las extremidades anteriores se alargaran más que las posteriores y que el cuello se alargara también, de tal modo que pudiera elevar su cabeza a una altura aproximada de dieciocho pies (5.49 m.), sin despegar sus extremidades del suelo”.
TEXTO 25
Los cinco chícharos
Cinco chícharos estaban dentro de una misma vaina aún verde, y por eso creían que todo el mundo era verde.
Pasaron algunas semanas y los chícharos y la vaina se amarillaron. Entonces creyeron que todo el mundo era amarillo.
De pronto sintieron una sacudida, era una mano que arrancaba la vaina y la metía en un saco. -Lo que yo quisiera saber ahora- dijo el más pequeño de los chícharos- es cuál de nosotros desempeñará mejor su papel en la vida.
Un crac abrió la vaina, los chícharos vieron por primera vez la luz del día, rodaron y cayeron en las manos de un muchacho travieso.
-¡Qué buenos chícharos para mi escopeta! -dijo, deslizando uno en el cañón y disparando, ¡pum! Cada uno de los chícharos tomó su dirección y fue a caer en diferente sitio.
El mayor y más reflexivo de ellos cayó sobre el tejado de una casa, encajándose en la hendidura de una tabla al pie de la ventana, donde había, casualmente, un poco de musgo y de tierra. En la casucha vivía una pobre y laboriosa mujer, quien durante el día lavaba ropa y cortaba y cargaba leña, pero apenas ganaba lo indispensable para mantenerse. Tenía una hija enferma a la que tenía que dejar sola para ir a trabajar.
Una mañana de primavera, cuando la señora se disponía a salir para su trabajo, oyó la voz de su hija que decía:
-Mamá, ¿qué es aquella cosa verde que se balancea delante de los cristales por donde entra el sol?
-Es un chícharo que ha germinado ahí y está lleno de hojitas; alégrate hija mía, pues ya no estarás sola, esa planta será tu jardincito y te servirá de distracción- arrimó entonces suavemente la cama de su hija hacia la ventana para que pudiera observar el crecimiento de la planta y se fue a trabajar como de costumbre.
Cuando regresó por la tarde, su hija estaba muy contenta y le dijo: -Mamá voy a aliviarme, el sol con su luz y calor me ha reanimado, y yo seré como el chícharo, me levantaré para tomar el sol.
Al cabo de una semana, la niña se levantó de la cama para bañarse en la luz y el calor del sol. Ese día al chícharo le nació su primera flor blanca y sonrosada, en cuya corola puso la niña sus labios como demostración de agradecimiento.
De los otros cuatro chícharos no se tuvo noticia.
Si quieres leer más cuentos de Hans Christian Andersen, puedes consultar la colección Los Más Famosos Cuentos, de Editorial Fernández.
Mientras la niña, llena de salud, alzaba sus manos sobre el hermoso chícharo, dándole gracias por haberlo conocido, él en su interior pensaba: “Valió la pena haber vivido”.
TEXTO 26
Las leyendas14
Las leyendas son relatos que tratan de explicar o comentar algo importante que ocurrió en el pasado. Son mágicas, con elementos sobrenaturales.
Suelen ser breves, pero muy interesantes y con pocos personajes. La historia suele ubicarse en un solo lugar.
Hay leyendas populares que surgen del pueblo, y tiempo después se convierten en escritos literarios, creados por algún escritor siguiendo las características tradicionales.
Qué alumbra la humanidad en la edad presente:
Cuando aún era de noche, cuando aún no había día, cuando aún no había luz, se reunieron, se convocaron los dioses allá en Teotihuacan. Dijeron; ¡Venid acá, oh, dioses! ¿Quién tomará sobre sí, quién se hará cargo de que haya días, de que haya luz?
Dos fueron los dioses que se ofrecieron, el primero fue el arrogante Tecuciztécatl, “señor de los caracoles”; el segundo fue el modesto Nanahuatzin, cuyo nombre significa “el purulento o bubosillo”. Ambos se prepararon, y al efecto hicieron una gran hoguera en la que tenían que entrar para poder salir, después, transformados en el Sol. Tecuciztécatl comenzó a hacer sus ofrendas para propiciar un buen resultado, él deseaba convertirse en Sol.
Las ofrendas rituales consistían en ramas de abeto y en bolas de barba de pino, en las que debían colocarse púas de maguey con que tenían que castigarse. Pero el ostentoso Tecuciztécatl ofreció plumas de quetzal en vez de ramas de abeto, bolas de oro con espinas hechas de piedras preciosas; todavía más, en lugar de castigarse y ofrecer su propia sangre, se contentó con presentar sus espinas hechas de coral. Nanahuatzin, en cambio, se sangró en abundancia y ofreció auténticas ramas de abeto y aguadas resinas de maguey.
Llegado el momento del sacrificio, dispuestos los dioses a lanzarse al fuego, el primero en hacer un intento fue Tecuciztécatl. El dios arrogante probó cuatro veces y las cuatro
14 Tomado de Los Libros tienen la Palabra. Febrero de 1989, pág.14.
tuvo temor. Por no morir quemado, Tecuciztécatl perdió la oportunidad de convertirse en Sol. Tocó entonces su turno al humilde Nanahuatzin. Todos los dioses reunidos en Teotihuacan contemplaban la escena. Nanahuatzin, cerrando los ojos, se arrojó al fuego hasta consumirse en él, transformándose en el Sol. Desesperado, Tecuciztécatl se arrojó entonces también a la hoguera, pero, habiéndolo hecho en forma tardía, se convirtió en la Luna.
Consumado el sacrificio, los diversos dioses allí reunidos se pusieron a esperar la salida del nuevo Sol. Quetzalcóatl y otros más, lo descubrieron, al fin, por el Oriente. Aparecía esplendente, lanzando rayos. Poco después, detrás del Sol, apareció la Luna también por el Oriente. Para evitar que el Sol y la Luna estuvieran siempre juntos, uno de los dioses tomó un conejo y lo lanzó contra la Luna, para que ésta sólo alumbrara durante la noche.
Todavía tenían los dioses reunidos en Teotihuacan, un último problema que resolver: ni el Sol ni la Luna se movían.
Y entonces hablaron así:
¿Cómo habremos de vivir? ¡No se mueve el Sol! ¿Cómo en verdad haremos vivir a la gente? ¡Que por nuestro medio se robustezca el Sol!, ¡sacrifiquémonos, muramos todos!
Libremente aceptaron los dioses su muerte para que el Sol y la Luna se movieran y fuera posible la vida de los hombres. Comenzaron al fin los días y las noches. Los hombres se habían hecho acreedores a vivir gracias al autosacrificio de los dioses. Es por esto que los seres humanos habrían de llamarse a partir de entonces macehuales, que quiere decir merecidos.
Este antiguo mito que unió los orígenes cósmicos de nuestra edad con la ciudad de los dioses, Teotihuacan, habría de ejercer posteriormente gran influencia en el campo de la religión. Los seres humanos, que habían recibido la vida gracias al sacrificio de los dioses, tuvieron la necesidad de corresponderles con su propia sangre para, a su vez, mantener la vida del Sol.
8o. De los tipos de coherencia que se presentan en el capítulo, explica a qué se refiere cada uno de ellos.
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