El esquema siguiente presenta los aspectos más importantes que abordamos en este fascículo, esto te permitirá elaborar una síntesis general sobre los textos de carácter científico
Cuando hablamos del contexto nos estamos refiriendo a la situación en la que se encuentra una palabra al interior de un enunciado, en relación con otros términos que la anteceden y la siguen. La enunciación de una idea será difícil de interpretar si se ignoran las circunstancias que rodean al mensaje al ser expresado.
Para que veas lo importante que es considerar el contexto de un tema durante su lectura, realiza la siguiente actividad.
ACTIVIDAD DE REGULACIÓN
Revisa nuevamente el TEXTO 4: ¿Cuántos huesos tiene nuestro esqueleto?, localiza los términos que subrayaste anteriormente y agrégalos a los términos que enlistamos enseguida. Después define cada uno de ellos de acuerdo con lo que sabes sobre esas palabras, o bien, da una idea de su significado por el contexto, es decir, por la información que ya está en torno a ellas.
Ahora busca en el diccionario la definición de las palabras anteriores y compáralas con las tuyas. Te sorprenderá encontrar más de una definición para cada palabra. El significado correcto lo determinará el tema al cuál se hace referencia: el esqueleto humano. Por ejemplo, tronco significa: tallo fuerte y macizo de los árboles y arbusto.// Cuerpo del hombre, considerado sin miembros ni cabeza. // Par de caballería que tiran de una correa, enganchadas al juego delantero y separadas por la lanza.
El sentido correcto del término será aquel que está relacionado con el cuerpo del hombre, del cual el tronco es una parte. Como te habrás dado cuenta, el contexto de una palabra puede darte una idea sobre su significado.
Además de estructurar tus ideas en un orden lógico de exposición, por escrito, es necesario hacerlo también en forma oral. ¿Sabes cómo debe hacerse este tipo de exposición?. No hay fórmulas infalibles de exposición, pero sí existen ciertos criterios que te pueden guiar en forma útil en tu exposición oral, tales como:
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En primer lugar, al empezar, se debe decir algo nuevo para captar la atención del oyente. Por lo mismo no se recomiendan formas ya gastadas o muy conocidas, pues se pierde el interés de quienes escuchan.
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Solidez y categorías. Se debe hacer un buen intento de desarrollo del tema, fundamentando tus ideas con autoridades en la materia; esto confiere peso y validez a tu exposición.
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Respeto al público. Considera que es un halago ser escuchado por la gente.
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Al expresarte en voz alta, debes cuidar tu fluidez evitando las “cojeras” expresivas (muletillas como: …este …tal vez ….quizás …o sea… etcétera).
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Al exponer tus ideas es necesario, ante todo, ser coherente en tus juicios, es decir, tener plenamente identificado qué es lo que se quiere decir.
Este último aspecto es de vital importancia para el expositor, pues bien sabemos que si no se tiene coherencia en lo que decimos no se logrará el impacto y la atención en los oyentes, con la consecuente pérdida de credibilidad. Te hablaremos de la coherencia y de la fluidez, que son elementos indispensables y fundamentales en tu expresión oral.
ACTIVIDAD DE REGULACIÓN
Lee con detenimiento el TEXTO 23, en sus dos versiones (A y B), y contesta las preguntas que se formulan posteriormente. Con esto podrás apreciar la importancia que tienen los dos elementos mencionados anteriormente (coherencia y fluidez).
TEXTO 23
(Versión A)
Médico y científico inglés del siglo XVII, que la corriente sanguínea dentro del cuerpo estuviera en circulación constante, hasta no hace mucho tiempo se desconocía, ¿habría aceptado como un hecho este planteamiento respecto del flujo de sangre?. Que la sangre fluía desde y hasta la cabeza, en la playa el flujo y el reflujo.
Si usted hubiera estudiado medicina o biología en el siglo XVII, atravesando la misma ruta y los mismos vasos. Que la corriente sanguínea dentro del cuerpo estuviera en circulación constante, había aprendido en la escuela. ¿Cómo hubiera procedido para probar este planteamiento? William Harvey.
(Versión B)
“Hasta no hace mucho tiempo se desconocía que la corriente sanguínea dentro del cuerpo estuviera en circulación constante. William Harvey, médico y científico inglés del siglo XVII, había aprendido en la escuela que la sangre fluía desde y hasta la cabeza, atravesando la misma ruta y los mismos vasos, en la misma forma que la marea en la playa efectúa el flujo y el reflujo”. Si usted hubiera estudiado medicina o biología en el siglo XVII, ¿habría aceptado como un hecho este planteamiento respecto del flujo de la sangre? ¿Cómo hubiera procedido para probar este planteamiento?
¿En cuál de las dos versiones encuentras la idea central con mayor facilidad?.
Como te puedes dar cuenta, existen diferencias entre uno y otro texto que te permitieron comprender mejor uno de ellos. De ahí la importancia de que toda exposición, ya sea en forma oral o por escrito, deba ser coherente en la presentación de las ideas.
Hay un lector pasivo: el estudiante que abre un libro sin saber exactamente qué busca, sin conocer las estructuras del discurso científico. Eso lo lleva a leer distraídamente, a perderse, aburrirse y, finalmente, a perder su tiempo. Y peor aún, a fracasar como estudiante. ¡Cuidado!, el lector pasivo no tiene un plan, se aburre, se distrae.
El lector pasivo se acerca al texto científico:
Sin tener ideas claras de lo que busca.
Sin aplicar el conocimiento de las estructuras del discurso científico.
Pero también hay un lector activo: aquel estudiante que se acerca a un libro sabiendo qué busca, incluso hace una lista de los puntos que quiere aclarar. Conoce las estructuras del discurso científico y aplica tal conocimiento.
Es decir: Sabe qué busca y para qué lo hace, y cómo encontrarlo en el texto.
Para ayudarse elabora mentalmente o por escrito una serie de preguntas, una guía. Así su lectura se convierte en la búsqueda de respuestas a sus interrogantes. De esta manera se concentra, evita las distracciones y la pérdida de tiempo.
El lector activo:
Tiene claridad de cuáles son los puntos que busca conocer a través de la lectura.
Elabora un listado de lo que desea encontrar (mental o escrito).
Escribe una guía de preguntas sobre el tema a investigar.
Lee buscando respuestas.
Se concentra en lo que desea conocer.
Aplica el conocimiento de la estructura del discurso científico.
Hemos aclarado algunos aspectos de cómo convertirte en un lector activo. Pero tal vez te preguntes cuál es la estructura del discurso científico que necesitas conocer. Ese será el contenido del tema 1.2 de este capítulo, antes debemos aclararte otro punto relacionado con la lectura.
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